Cambalache de infamias y sobornos
¡Los Alquimistas que lograron transformar el papel en oro!
Denme
el poder de
emitir la
moneda de
un estado
y no
me importará
quien haga
las leyes
Esta
frase la dijo el banquero Mayer Amschel Bauer Rothschild (1744-1812),
que fue el fundador de esta famosa dinastía bancaria. Actualmente,
en la mayor parte del mundo, está vigente lo que se llama el “dinero
deuda”, que en mi opinión constituye una gran estafa a los
ciudadanos, pues se reemplaza la facultad de un Estado de emitir
moneda por un sistema de banco central privado, que ante cada emisión
de moneda genera una deuda. Pero, para entenderlo, vamos a explicar
en qué consiste y como funciona la emisión de dinero en la
principal potencia del mundo: los EEUU.
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Mayer Amschel Bauer Rothschild |
¿Qué
es un
banco central
privado?
Un
banco central es una institución que produce la moneda en una nación
entera. Existen dos poderes específicos intrínsecos en la práctica
del banco central: el control de la tasa de interés y el control del
suministro de dinero, o inflación. El banco central privado no solo
provee de moneda al estado, sino que la presta con interés. Entonces
aumentando o disminuyendo el suministro de dinero, el banco central
regula el valor de la moneda emitida. Es crucial entender que la
total estructura de este sistema puede producir una sola cosa a largo
plazo: ¡DEUDA!
Si
la moneda la emitiese el Estado, sería otra fuente de financiación,
además de los impuestos y las tasas, ya que se podría emitir dinero
para pagar una parte del gasto público y solo habría que ser lo
suficientemente prudente para no crear inflación y mantener el valor
de la moneda. En cambio, con el banco central privado esta fuente de
financiación desaparece y ante cada emisión se genera una deuda que
origina un gasto por servicios financieros en el presupuesto del
país.
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No
se necesita demasiado ingenio para entender esta estafa, cada unidad
monetaria producida por el banco central, es prestada con interés;
esto significa que cada unidad monetaria producida es realmente una,
más un cierto porcentaje de deuda –el interés– basada en esa
unidad. Y como el banco central tiene el monopolio sobre la
producción de la moneda del país entero, y ellos prestan cada
unidad monetaria con deuda asociada a ella. ¿De dónde sale el
dinero para pagar esa deuda? Solo puede venir nuevamente del banco
central.
Al
convertir en negocio la potestad de emitir moneda, que debería ser
una función gratuita del estado, no solo se corta otra fuente de
financiación del Estado, sino que también se genera una deuda que
aumenta continuamente, pues el banco central tiene que emitir
constantemente dinero para cubrir la deuda pendiente creada y puesto
que ese nuevo dinero es prestado con interés –nace como deuda, no
como algo propio del Estado–. Por supuesto que representa un gran
negocio para los banqueros que fabrican el dinero, pues se crea un
dinero de la nada, que genera una deuda al Estado.
No
sólo genera deuda este sistema de bancos centrales privados, sino
que, al controlar la emisión de dinero, también controlan el
destino del gobierno y de los ciudadanos.
Para
entenderlo mejor lo ejemplificaremos: si el estado emitiese su propio
dinero, no existiría la deuda que se genera con el mecanismo de
banco central privado, ergo no pagaríamos esos servicios
financieros, por tanto, pagaríamos menos impuestos o el estado nos
brindaría más servicios. Además, no existiría un grupo de
especuladores que mediante este proceso se quedan con este ingreso y
al ser inmensamente ricos explotan un sinfín de actividades
monopólicas al precio que ellos quieren. Queda claro que el resto de
ciudadanos viviríamos bastante mejor y en muchos casos extremos
serviría para que mucha gente no pasase hambre ni otras calamidades.
La
crisis de 1907.
A
principios del siglo XX, las familias dominantes de los bancos y
negocios del mundo, eran los Rockefeller, los Morgan, los Warburg y
los Rothschild –ahora también–, entonces buscaron que se
instalaran leyes para crear un banco central privado en EEUU. Sin
embargo, sabían que el gobierno y el público desconfiaban de esa
institución, así que necesitaron crear un incidente para afectar a
la opinión pública.
J.
P. Morgan, considerado públicamente como un gran conocedor
financiero de la época, aprovechó su influencia masiva publicando
rumores de que un banco prominente de Nueva York era insolvente y
estaba a punto de quebrar. Morgan sabía que esto causaría una
histeria colectiva y que también afectaría a otros bancos, y así
fue. El público temiendo perder sus depósitos comenzó a retirar su
dinero. Consecuentemente los bancos fueron forzados a reclamar sus
préstamos, obligando a los endeudados a vender sus propiedades y así
comenzó una espiral de quiebras, reposiciones y desorden. Solo
lograron poner las piezas en orden unos años más tarde.
La
acusación de que J. P. Morgan fue el que creó esta crisis, no solo
la afirman varios economistas, también lo aseguró el senador Robert
Owen, que participó en la comisión que se creó para analizar la
crisis.
La
conspiración de
la isla
de Jekyll
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The Jekyll Island Club |
La
isla de Jekyll se encuentra en la costa de Georgia –EEUU–, en
1910 era propiedad de un pequeño grupo de millonarios de Nueva York.
Estamos hablando de gente como J.P. Morgan, William Rockefeller y sus
asociados. Allí, había un club social que se llamaba The Jekyll
Island Club. Aquí pasaban esas familias los meses de invierno. Este
club social todavía sigue en pie, aunque destinado a fines lúdicos
y de resort. Aún así, dentro del edificio existe una puerta que da
acceso al salón principal donde aparece una placa recordatoria de
bronce que dice: “En esta sala se creó la Reserva Federal”.
En 1910 todavía faltaban tres años para que entrara en vigor la Ley
de la Reserva Federal. El 22 de noviembre de ese mismo año, el
Senador Nelson Aldrich envió su vagón de tren privado para recoger
a 6 hombres en la Estación de Trenes de New Jersey. Para que este
viaje permaneciera en secreto, cada uno debía llegar a una hora
diferente y no coincidir en la cena de la noche antes de la partida.
Además, debían fingir que no se conocían. Incluso llevaban
escopetas de caza enfundadas, para poder decir que iban a cazar patos
en caso de ser descubiertos. Pero a ninguno le gustaba la caza y
nunca habían disparado un tiro.
En
ese vagón pasaron dos días y dos noches hasta llegar a Brunswick,
en Georgia. Después se embarcaron en Ferry hasta legar a la isla de
Jekyll, para hospedarse en el club social los próximos nueve días,
mientras negociaban los detalles más importantes de lo que iba a ser
finalmente el sistema de la Reserva Federal. Finalizado el acuerdo
volvieron a Nueva York.
Fue
tan secreta esta reunión, que ninguno se llamó por su propio
nombre, sino que lo hicieron por seudónimos o nombres asociados, por
eso se llamó el club del primer nombre. Para evitar que esta reunión
trascendiera, incluso trajeron su propia servidumbre de lugares
remotos, en definitiva, tuvo un hermetismo escandaloso.
Durante
los años posteriores, todos los hombres involucrados en esa reunión,
la negaron. Y no fue hasta que la ley fue finalmente aprobada, que
comenzó a hablarse abiertamente de la misma.
¿Quiénes
eran esos
siete hombres?
El
anfitrión era el Senador Nelson Aldrich, diputado republicano,
responsable de la disciplina en el Senado. Además, era el presidente
de la Comisión Monetaria Nacional, que era el comité especial del
Congreso creado con el propósito de hacer las recomendaciones
pertinentes sobre la legislación de la reforma bancaria en curso.
Después de la crisis de 1907, la gente estaba muy preocupada por lo
que estaba sucediendo en el sector bancario. De hecho, muchos bancos
habían desaparecido haciendo perder el dinero a sus clientes, al
faltar a su promesa de guardar los activos de sus depositantes. Pero,
lo que realmente preocupaba sobremanera a los ciudadanos era toda esa
enorme concentración de riqueza en las manos de unos pocos grandes
banqueros, que en esos días se llamaban los “amos del dinero”
(money trust). Da pena concluir que esta legítima preocupación de
los ciudadanos, no solo actualmente continúa, sino que lo hace de
forma aún más acentuada, y es lamentable decir que los “amos del
dinero” siguen siendo las mismas familias, concretamente sus
herederos.
La
Comisión Monetaria Nacional, presidida por Aldrich, era la encargada
de luchar contra los amos del dinero y evitar las quiebras bancarias
y desórdenes. Sin embargo, Aldrich era uno de los más importantes
socios de J. P. Morgan y, por si esto no alcanzase, era el suegro de
John D. Rockefeller Jr. Lo que quiere decir que era el abuelo del que
fuera vicepresidente de los EEUU Nelson Rockefeller –1974 a 1977–.
De hecho, su nombre completo era Nelson Aldrich Rockefeller. ¿Con
estos antecedentes comerciales y familiares, estaba capacitado para
luchar contra quiénes eran sus socios y su familia? No hace falta
aclarar la respuesta.
La
segunda persona importante era Abraham Andrew, por ser el asistente
del Secretario del Tesoro de los EEUU, que posteriormente llegó a
ser congresista y un personaje realmente influyente en los círculos
bancarios americanos. También
asistió a la reunión Frank Vanderlip, que era entonces presidente
del National City Bank de Nueva York, uno de los bancos más grandes
de EEUU. Estaba representando los intereses de William Rockefeller y
los de la firma de inversores internacionales Kuhn, Loeb &
Company. El
cuarto miembro presente era Henry Davison, representando los
intereses de J. P. Morgan. Fue uno los fundadores de la Banker`s
Trust Company, presidente de la delegación americana de la Cruz Roja
y, luego de la Primera Guerra Mundial, fundador de la Cruz Roja
Internacional.
Otro
miembro presente fue Charles Norton, el primer presidente del Primer
Banco Nacional de Nueva York, que era otro de los grandes bancos. También
asistió Benjamin Strong, como jefe de la J. P. Morgan Banker`s Trust
Company y que más tarde sería el primer presidente de la Reserva
Federal.
El
más destacado de todos los asistentes fue Paul Warburg, que era la
figura más importante por su gran conocimiento sobre cómo se
articulaba la banca europea en torno a los bancos centrales. Warburg
había nacido en Alemania, aunque había conseguido la nacionalidad
americana. Era socio de Kuhn, Loeb & Company y era el
representante de la dinastía bancaria de los Rothschild de
Inglaterra y Francia. Su hermano Max Warburg era el presidente del
Consorcio Bancario Warburg en Alemania y Holanda.
Paul
Warburg asimismo estaba casado con Nina J. Loeb, hija de Salomon
Loeb, el fundador de la firma de inversiones Kuhn, Loeb & Co.
Además, su hermano Felix Warburg se casó con Frida Schiff, la hija
de Jacob Schiff, presidente de Kuhn, Loeb & Co. Como queda claro,
no solo eran socios, sino que en muchos casos eran familia.
Uno
de los asistentes a esta reunión, Frank Vanderlip, escribió un
artículo que apareció en el “Saturday Evening Post” el 9 de
febrero de 1935, que decía:
“Una
vez, a finales de 1910, actué tan en secreto y furtivamente como
cualquier conspirador… No creo exagerar si digo que nuestro viaje
secreto a la isla de Jekyll fue el origen de lo que más tarde sería
el sistema de la Reserva Federal… Nos dijeron que usáramos nombres
falsos, que evitáramos cenar juntos la primera noche, que nos
reuniéramos de uno en uno y lo más discretamente en la terminal del
ferrocarril… Si hubiéramos hecho pública la reunión de nuestro
grupo, el proyecto no habría tenido la más mínima posibilidad de
ser aprobado por el Congreso y todo nuestro esfuerzo habría sido en
vano”.
¿Por
qué Vanderlip escribía que si esa reunión se hacía pública no se
hubiera aprobado en el Congreso? Porque la ley de la creación de la
Reserva Federal se efectuaría con el objetivo, por supuesto falso,
de terminar con las crisis económicas y con el propósito, también
mentira, de romper la ventaja que tenían algunos banqueros sobre el
resto de la economía. Por supuesto que, si esta ley iba a ser
redactada por aquéllos a los que debía perjudicar, nadie lo creería
y se darían cuenta de esta gran falsedad.
La
Votación en
el Congreso
de la
Ley de
la Reserva Federal.
De
la reunión de la isla de Jekyll salió el acta de creación de la
Reserva Federal. Luego comenzó la batalla para lograr su aprobación.
Lo primero fue potenciar este proyecto, para lo cual se buscó
alabarlo mediante su ensalzamiento en las revistas académicas,
económicas y bancarias. Ya en el año 1911, William Scott, de la
Universidad de Wisconsin, escribía que el Plan Aldrich resolvería
los efectos más esenciales del sistema monetario del país y daba
una gran cantidad de motivos por lo que sería beneficioso. Es decir:
se centraba en vendérselo al público, en lugar de debatir sus
defectos y virtudes. Por supuesto que no fue el único, un sinfín de
articulistas de prestigio escribieron en el mismo sentido, por
ejemplo, el economista de Harvard O.M.W. Sprague y también Thornton
Cooke.
En
mayo de 1911, la American Bankers Associaton aprobó el Plan Aldrich
y en enero de 1912 se presentó en el Congreso, sin embargo, la
propuesta nunca llegó a votarse y quedó en vía muerta durante
algún tiempo. En todo este tiempo continuó funcionando una batería
propagandística con el objeto de que la gente lo comprase.
Justo
durante esos años estaba funcionando en el Congreso un comité
dirigido por el congresista Arsene Pujo, que investigaba a toda
máquina un supuesto abuso de poder que emanaba de Wall Street.
Mediante una notable manipulación, el acta de creación de la
Reserva Federal se promocionó como una propuesta contra Wall Street.
Recordemos que esto resultaba una gran mentira, ya que dicha acta
había sido creada por los más importantes miembros de Wall Street.
Sin
embargo, la mayor dificultad que había que sortear, era encontrar el
presidente adecuado para que dicha Ley no fuera rechazada. En aquel
momento, el primer mandatario era William Howard Taft, que se había
mostrado contrario a este tipo de legislación, y su mandato
terminaba en 1913. Recordemos que este presidente había duplicado
los procesos de la Ley Anti-trust, aprobada por Rooselvet, para
controlar la peligrosa expansión de los grandes monopolios
financieros del país. Entre los demandados estaban algunas compañías
lideradas por los que habían planificado la Ley de Reserva Federal
–por ejemplo: la Standar Oil de Rockefeller–.
Por
tanto, se le buscó un rival de prestigio en las primarias del
Partido Republicano: Theodore Rooselvet, que había sido presidente
en el mandato anterior y se sabía que era partidario a la Ley de
creación de la Reserva Federal. Sin embargo, Rooselvet perdió las
primarias, ya que Taft dominaba el partido. Entonces Rooselvet lo
abandonó y fundó su propio grupo, el Partido Progresista, con el
que concurrió a las elecciones.
Esta división del Partido
Republicano, propició la victoria del candidato Demócrata, Woodrow
Wilson, que si bien en su campaña electoral ponderó la lucha contra
los “amos del dinero” (money trust), los banqueros sabían que
era proclive a aprobar la Ley de Reserva Federal, pues le habían
financiado en dicha campaña. También es necesario recordar que
Wilson era un hombre que estaba manipulado por Mandel House, también
llamado el Coronel, a pesar de no ser militar. Mandel House era un
político y diplomático, también gestor de los banqueros de Wall
Street, y se conoce que, durante el avance en la creación de la Ley
de la Reserva Federal, trabajó, según algunos autores, para los
khunn y los Rockefeller, además tenía un contacto permanente con
Paul Warburg.
|
Woodrow
Wilson |
Antes
de presentar este proyecto de ley para su aprobación, decidieron
cambiarle el nombre, para que no se supiese que estaban instituyendo
un banco central con funcionamiento privado, y le pusieron Reserva
Federal. Una forma de llamar a esta institución que era una gran
mentira, ya que no era reserva, y tampoco federal, pues era un
organismo que tenía una fachada pública, pero que escondía una
agencia privada. Intentaron ocultarlo y situarlo en una zona gris
entre el ámbito publico y privado, pero la realidad de su
funcionamiento era, y todavía sigue siéndolo, que normalmente se
tomaban decisiones más acordes al sector privado que al público.
La
votación se hizo a la medianoche del 23 de diciembre de 1913 y fue
muy polémica, hubo acusaciones de haber sido fraudulenta, ya que se
estaba debatiendo cuando estaba comenzando el receso por las fiestas
navideñas.
Consecuencias
de la
creación de
la Reserva
Federal
Ya
hemos dicho que consideramos que la emisión de dinero deuda es una
gran estafa. Sin embargo, sería bueno analizar otros aspectos del
funcionamiento de la Reserva federal y las estructuras de poder que
ha originado.
Lo
primero que hay que decir es que su regulación y formación es muy
compleja, como ya dijimos tiene una fachada pública que esconde un
funcionamiento a todos los efectos privado. Los conspiradores de la
isla de Jekyll utilizaron la treta de la confusión y propusieron
organismos descentralizados en donde participaban banqueros y el
propio Estado. Es muy complicado obtener la información de quienes
son los banqueros que manejan la Reserva Federal.
Ya se sabe que
siempre es mucho más sencillo saber a quién pertenece la tienda de
la esquina, que la propiedad de las grandes corporaciones. Sin
embargo, JW Mc Callister, un importante directivo del petróleo de la
Casa Saud, escribió en The Grim Reaper, que según le informaron
banqueros árabes –siempre muy vinculados al poder financiero de
los EEUU– el 80 % de la propiedad de la Reserva Federal de Nueva
York, por mucho, la más poderosa de todas las agencias de la FED,
era controlada por cuatro familias residentes en los EEUU: los
Goldman Sachs, Rockefeller, Lehman y Loebs Kuhn. Y otras cuatro
residentes en el exterior: Los Rothschild de París y Londres, los
Warburg de Hamburgo, los Lazards de París, y los Israelí Moisés
Seif de Roma.
Otro
investigador, Thomas D. Schauf, en los primeros años de
funcionamiento de la Reserva Federal, corroboraba lo dicho por Mc
Callister, y añadía que diez bancos controlaban las doce ramas de
la Reserva Federal: NM Rothschild de Londres, Rothschild Bank de
Berlín, Warburg Banco de Hamburgo, Warburg Banco de Amsterdam,
Lazard Brotehers de París, Kuhn LOEB Bank de Nueva York. Israel
Moisés Seif Banco de Italia, Goldman Sachs de Nueva York, Banco JP
Morgan Chase de Nueva York y Lehman Brothers de Nueva York. También
contaba que William Rockefeller, Paul Warburg, Jacob Schiff y James
Stilman eran dueños de grandes participaciones de la Reserva
Federal.
Hay
varios trabajos más que hablan de quienes son los verdaderos dueños
de la Reserva Federal, en todos los casos se nombran a las familias y
los bancos que hemos nombrado en estos artículos de estos
investigadores y cuando explicamos la Ley de creación del acta de la
Reserva Federal. Hay que recordar que este grupo de financieros
tenían, en muchos casos, vínculos familiares, ya que se casaban
entre los miembros de estas familias.
Uno
de los objetivos de la Reserva Federal era evitar las crisis
financieras y económicas que sucedían de tanto en tanto, como la
sucedida unos años antes de su creación, en 1907. Pero esto no solo
no se logró, sino que es casi seguro que las siguientes crisis
fueron propiciadas por los dueños de la Reserva Federal.
Las
crisis las propiciaban para quedarse con otros bancos y corporaciones
por un puñado de dólares, y su funcionamiento se puede resumir en
tres etapas:
-
Los bancos son autorizados por la Reserva Federal a conceder todo
tipo de créditos, sobre todo hipotecarios, con las mayores
facilidades al cliente. Para lograrlo emitirán todo el dinero que
los bancos le soliciten. Esto durará unos cuantos años.
-
A estas alturas, el consumidor ya ha pagado una buena parte de la
deuda, entonces de golpe se corta el flujo de los créditos y todos
los bancos al unísono dejan de concederlos. Todas las empresas
constructoras con proyectos enteros terminados, así como con
urbanizaciones enteras por vender, se quedan sin poder realizar el
negocio, porque no se conceden créditos a los posibles compradores.
Todas estas propiedades se las tienen que quedar las inmobiliarias y
las constructoras, muchas de ellas no pueden aguantar el tirón y
miles de pequeñas empresas que las proveían tampoco. Viniéndose
abajo y mandando al paro a millones de personas, que muchas de ellas
tienen pendientes muchos créditos hipotecarios que no podrán
seguir pagando. Otras industrias, como la del automóvil, también
se ven afectadas.
-
Los bancos, ante el impago de los créditos, inician su elaborado
plan para quedarse con todo. Los desahucios no se hacen esperar,
quedándose con las viviendas y dejando a sus propietarios en la
calle, con la deuda que les falta liquidar. También muchas empresas
están fuertemente endeudadas, para responder al aumento de la
demanda que se había propiciado en los años anteriores. Sin
embargo, al caer el consumo, tampoco pueden pagar y los bancos
también se las quedan.
Este procedimiento lo hicieron en los siguientes años después de la
creación de la Reserva Federal, generando una primera etapa de gran
euforia económica, que se cortó en 1920 –segunda etapa–, esta
terrible crisis les permitió a los grandes bancos quedarse con una
gran cantidad de pequeños bancos, que hasta ese momento habían sido
muy competitivos.
No
contentos con este gran robo, en los años siguientes a 1920
propiciaron otra primera etapa de este procedimiento de crisis,
produciéndose otra gran euforia económica, incluso mayor que la
anterior a 1920. Sin embargo, en 1929 dio comienzo a la segunda
etapa, y se produjo una crisis más terrible y más larga que cuantas
antes se habían conocido, arruinado a una gran parte de la población
de los EEUU. En esta ocasión los miembros del cartel de bancos de la
Reserva Federal compraron enormes corporaciones por un puñado de
dólares, a esto, algunos autores, lo llamaron el robo del siglo.
Así,
ya en los primeros años de funcionamiento de la Reserva Federal, el
cartel de banqueros que era dueño de esta institución, se había
hecho con el monopolio de las empresas petroleras, de alimentación,
de medicina, de armamento y de varios sectores estratégicos. Por
tanto, los EEUU, que, en los años anteriores, se habían convertido
en una potencia económica mediante la competencia de muchas de sus
empresas, se habían transformado en un mercado de empresas
monopólicas, pertenecientes a la oligarquía bancaria. Lo peor era
que se habían quedado con esas empresas mediante una estafa
monumental, propiciando las crisis financieras y mediante el dinero
deuda.
Por
supuesto que, ya en estos primeros años, hubo gente que criticó
esta estafa. El congresista Louis Mc Fadden dijo: “un sistema
bancario mundial está siendo preparado aquí, un super estado
controlado por banqueros internacionales, actuando conjuntamente para
esclavizar al mundo, siguiendo sus propios intereses, el banco
central ha usurpado al Gobierno”.
Unos
años después, el propio Woodrow Wilson escribió arrepentido:
“Nuestro sistema de crédito está concentrado en manos privadas.
El crecimiento de la nación y, por consiguiente, de todas nuestras
actividades está en las manos de unos pocos hombres, quienes
necesariamente, por motivo de sus propias limitaciones, congelan,
frenan y destruyen la genuina libertad económica, transformando a
nuestro país en uno de los peor gobernados, uno de los más
controlados y dominados de los gobiernos del mundo civilizado. No más
un gobierno de libre opinión, no más un gobierno de creencias y del
voto de la mayoría, sino un gobierno que depende de la coacción de
un pequeño grupo de hombres”.
Sir
Josiah Stamp, presidente de los ferrocarriles británicos y del banco
de Inglaterra, dijo en 1929: “El sistema bancario fue concebido en
la inequidad y nació en el pecado. Los banqueros internacionales
poseen la tierra, quitadle todo lo que tienen, pero dejadles el poder
de crear depósitos y con unos cuantos plumazos crearán los
suficientes depósitos para recuperarlo todo otra vez. Pero si le
quitáis el poder de crear dinero, todas las grandes fortunas
desaparecerán, incluyendo la mía y este será un mundo mucho más
feliz. Si queréis continuar siendo esclavos de los bancos y pagar
los costos de vuestra propia esclavitud, dejarles continuar creando
el dinero”.
Reginald
Mc Kenna, miembro de la Cámara de los Comunes, dijo en 1924: “Me
temo que al hombre de la calle no le gustaría saber que los bancos
pueden crear y, de hecho, crean dinero. El volumen del dinero en
existencia varía solamente con la opción de los bancos de acumular
o reducir los préstamos. Los que controlan el crédito de una
nación, dirigen la política de su gobierno y tienen en sus manos el
destino del pueblo. El sistema mundial financiero está en manos
privadas y dominan al sistema político de cada país y la economía
del mundo con los bancos centrales del mundo actuando de forma
concertada”.
Magnicidios
y asesinatos
Abraham
Lincoln dijo: “El poder del dinero rapiña la Nación entera en
tiempos de paz y conspira contra ella en tiempos de adversidad. Es
más despótico que la monarquía, más insolente que la autocracia,
más egoísta que la burocracia. Denuncia como enemigos públicos a
todos aquellos que cuestionan sus métodos o arrojan luz sobre sus
crímenes. Yo tengo dos grandes enemigos: el ejército sureño en el
frente y los banqueros en la retaguardia. De los dos, el de mi
retaguardia es mi gran enemigo. Las Corporaciones han sido
entronizadas y sobrevendrá una era de corrupción en altos niveles.
El poder del dinero del país se esforzará en prolongar su reinado,
trabajando en perjuicio del pueblo, hasta que la riqueza sea
concentrada en la mano de unos pocos y la república sea destruida”.
Los
banqueros internacionales detestaban a Lincoln después de que logró
que el Congreso aprobara la Ley de la Ley de la Moneda de Curso
Legal, que autorizó al tesoro de los EEUU a emitir un papel moneda
llamado “Greenbacks”. Lincoln necesitaba esta legislación
después de que renunció a pagar a los banqueros las tasas que le
exigieron por los préstamos que necesitaba para financiar la guerra
con el sur. Los banqueros le habían exigido unas tasas del 24% al
30%. Con esta nueva ley bancaria el presidente logró imprimir los
millones de dólares necesarios para financiar la guerra, y lo
consiguió libre de deuda e intereses.
El
presidente Abraham Lincoln fue asesinado en el teatro el 15 de abril
de 1865 por un actor llamado John Wilkes Booth. ¿Acaso tuvo algo que
ver el poder bancario en la planificación de este magnicidio o fue
una iniciativa personal de Booth?
El
presidente Kennedy decidió actuar a favor de la gente que lo había
elegido y dictó el 4 de junio de 1963 la orden ejecutiva 11110, que
daba autoridad al presidente para emitir moneda con respaldo en onzas
de plata. Luego hizo uso de esta prerrogativa y ordenó que el Tesoro
de los EEUU emitiera 4.000.000 de dólares. Esta iniciativa ponía en
peligro el Sistema de la Reserva Federal.
Meses
después, el presidente Kennedy fue asesinado por Lee Harvey Oswald
en Dallas. ¿Acaso tuvo algo que ver el poder bancario en la
planificación de este magnicidio o fue una iniciativa de Oswald?
Esto nunca lo sabremos, ya que 48 horas después fue asesinado de un
balazo por el mafioso Jack Rubinstein. Este crimen lo realizó
delante de las cámaras de televisión.
El
presidente Kennedy había dicho: “El poderoso despacho del
presidente ha sido utilizado para fomentar una conspiración para
destruir la libertad de los estadounidenses y antes de que abandone
la presidencia debo informar a los ciudadanos de su destino”.
La
comisión Warrent estableció que el único responsable de la muerte
del presidente Kennedy fue Oswald. ¿Es creíble esta afirmación? Al
día de hoy, aún no está clara la mecánica seguida para efectuar
este magnicidio ni hablar de la autoría intelectual. Probablemente
alguien planificó este asesinato y nunca fue descubierto, en este
caso la elección Harry Oswald no fue casual, ya que era un hombre de
ideología comunista, desde luego, pro-cubano, incluso había hecho
un manifiesto sobre sus ideales marxistas. Una de las alternativas
era acusar a Fidel Castro del magnicidio, sin embargo, esta opción
fue desacreditada por el periodista Jean Daniels.
En
octubre de 1963, Daniels entrevistó a Kennedy en Washington. El
presidente sabía que el periodista viajaría a Cuba para
entrevistarse con Castro y le encomendó que le transmitiese un
mensaje. Le propuso que le trasladase la posibilidad de hacer un
trato para mejorar las relaciones entre los dos países, llegando a
proponer que los EEUU podrían retirar el embargo a Cuba, siempre que
Castro se comprometiera a no exportar la revolución comunista al
resto de América.
Cuando Daniels entrevistó a Castro, le trasladó
el mensaje del presidente de los EEUU y el mandatario cubano tuvo muy
buenas palabras hacia el premier estadounidense. Llegando a afirmar
que podría ser el líder que lograse la coexistencia pacífica entre
los regímenes capitalistas y socialistas. Cuando estaban finalizando
la entrevista, justo llegaron las noticias de que el presidente
Kennedy había sido asesinado. Entonces Castro le dijo que en ese
momento sería bueno que encontrasen al asesino muy rápido, de lo
contrario los americanos lo acusarían a él de ese magnicidio.
Llama
la atención de que un muchacho –Oswald–, desde la terraza de un
edificio pudiera disparar contra el presidente de los EEUU. Es poco
creíble que los EEUU lograran descubrir, unos pocos años antes,
unos misiles que apuntaban al país, ocultos en Cuba y no lograsen
controlar que Oswald disparase al presidente.
También
existió la posibilidad de que cuando Oswald disparó, estuviese bajo
los efectos del MK Ultra –un programa de control mental de la CIA,
que ahora ya se ha confirmado que fue real–. Este programa tenía
como objetivo que las personas que estuviesen dentro de él hiciesen
lo que los directores quisieran, incluso algo contra su voluntad.
Esta hipótesis surge porque cuando Oswald es atrapado por la policía
hay filmaciones en las cuales aparece como completamente perdido.
Desde luego que no obraba como una persona culpable de un asesinato,
pero tampoco como una persona inocente, sino que estaba como en un
trance, ni siquiera sabía dónde estaba.
El
congresista Lois Mc Fadden reaccionó ante la gran estafa de la
crisis de 1929, ya que, gracias a esta, los grandes bancos que
mandaban en la Reserva Federal se hicieron por cantidades ínfimas de
dinero con 16000 pequeños bancos, que hasta ese momento habían sido
sus competidores y también con grandes Corporaciones. El senador Mc
Fadden –viejo oponente al cartel bancario– comenzó a promover
procesos de destitución contra los miembros de la FED, diciendo que
la caída y depresión “había sido un hecho cuidadosamente
planeado. Los banqueros internacionales buscaron crear una situación
desesperante, para así, ellos surgir como los dueños de todos
nosotros”.
El
congresista Mc Fadden se convirtió en el azote de los banqueros y
sufrió dos intentos de asesinato. En el primero, alguien le disparó
dos veces mientras se dirigía en taxi al Capitolio, pero ambos
disparos fallaron. En el segundo fue envenenado en un banquete en
Washington. Le salvó un amigo médico que había asistido a la misma
comida y le hizo un lavado de estómago urgente. Sin embargo, no pudo
comenzar los procedimientos de destitución, ya que murió muy
pronto, el 3 de octubre de 1936 durante una visita a Nueva York. La
razón oficial de su muerte fue “una parada cardíaca provocando
una muerte súbita” como causa de una “gripe intestinal”.
Ante
la gran estafa de la crisis de 1920, el congresista Charles Lindberg,
se puso en pie y dijo en 1921: “Bajo el acta de Reserva Federal,
los pánicos son creados artificialmente. El pánico actual es el
primero creado así, y funcionó como cuando calculamos una ecuación
matemática”. Años después, en marzo de 1932, fue secuestrado su
nieto de 19 meses, recordemos que su hijo fue el afamado aviador del
mismo nombre, que fue un héroe nacional. Dicho niño fue hallado
muerto en mayo de ese mismo año. En 1935 la Justicia declaró
culpable de ese asesinato a un carpintero alemán llamado Hauptmann.
Dicho hombre siempre negó ser el asesino y secuestrador del niño.
¿Fue realmente este emigrante alemán el verdadero asesino de ese
niño o hubo alguien que planificó esa venganza y dejó algunas
evidencias para que el jurado pudiese condenar a este hombre?
Como
quedó demostrado en estos párrafos, muchas personas que habían
tenido un notable enfrentamiento contra los “amos del dinero”
sufrieron consecuencias trágicas.
¿Quién
se benefició y quién se
perjudicó con la creación de la Reserva Federal?
Es
necesario informar que, gracias a la FED, se incrementó notablemente
la deuda de los EEUU, en 1912 era de 1.000 millones de dólares, a
principio de los setenta ascendió a 455.000 millones de dólares y
en 1988 esta deuda se había elevado a 5 billones de dólares. Ya a
principios de la década del setenta, la partida que reflejaba los
intereses del Estado con la FED era la tercera en importancia del
presupuesto.
Ya
solo con el párrafo anterior queda demostrado que el gran
perjudicado de la creación de la FED fue el pueblo americano, pues
lo están endeudando continuamente, ergo, le quitan una importante
cantidad de lo que produce y trabaja para pagar todos los gastos que
genera este sistema. Si embargo, no solo está peor por este motivo,
también la política del país está influenciada, en mi opinión en
un alto grado, por estas élites bancarias, por lo tanto, muchas
veces este manejo va en beneficio de los propios intereses de los
amos del dinero y no del pueblo americano. Hay que dejar claro que
muchas veces esa orientación política incluyó conflictos
importantes, en diversos casos guerras. Existen muchas sospechas de
que varios conflictos bélicos se realizaron por intereses económicos
que no beneficiaron al pueblo, sino que lo hicieron a grandes
corporaciones. Por el contrario, el ciudadano tuvo que pagar los
gastos y deudas que originaron, además, de poner la cuota de sangre
que le demandaron.
En
contraposición al párrafo anterior, los grandes beneficiados fueron
los dueños de la Reserva Federal, ya que son los amos de un negocio
que nunca puede fallar, que se queda con una gran parte de lo que
producen los ciudadanos. Además, influyen en la política del país,
de tal manera que su acceso a la riqueza resulta imparable. Gracias a
que son los que han producido el dinero, se fueron quedando con un
sinfín de grandes corporaciones y la economía ha pasado a ser de
características monopólicas u oligopólicas, en vez de ser como
antiguamente: un mercado en donde pequeñas empresas competían entre
sí con el objetivo de dar mejores productos y servicios al menor
precio posible.
Ahora
estudiaremos cómo nació este poder bancario y que consecuencia tuvo
en los habitantes del mundo. Es la única manera de comprender en qué
lugar estamos y, por sobre todas las cosas, conocer perfectamente en
qué nos condiciona. ¿Acaso los amos del dinero no solo nos están
estafando escandalosamente, sino que también nos están
paulatinamente esclavizando?
El
historiador estadounidense Carrol Quigley, que fue profesor en
importantes Universidades del país y tuvo alumnos que se han
destacado, tanto en el ámbito privado como en el público –el
presidente Bill Clinton fue uno de ellos y manifestó su admiración
por él–, en su libro “Tragedia y esperanza” de 1966, decía:
“Los poderes del capitalismo financiero tienen un objetivo de largo
alcance, nada menos que crear un sistema mundial de control
financiero en manos privadas capaz de dominar el sistema político de
cada país y la economía del mundo en su conjunto. Este sistema
sería controlado de manera feudal por los bancos centrales del mundo
actuando en concierto, mediante acuerdos secretos concertados en
frecuentes reuniones privadas y conferencias. El ápice del sistema
sería el Banco de Pagos internacionales en Basilea, Suiza, un banco
privado controlado y de propiedad de los bancos centrales del mundo,
que son en si mismos empresas privadas”.
Si
lo que escribió el profesor Quigley resultase verdad, entonces no
cabría ninguna duda de que el sistema de banco centrales privados no
solo nos estafaría, sino que el fin último sería esclavizarnos.
Este profesor tiene especial credibilidad, no solo porque el libro
“Tragedia y esperanza” contiene un estudio muy pormenorizado de
la historia del mundo, con infinidad de datos, sino porque también
él fue un admirador de esta élite, además, trabajó con ellos y le
permitieron tener acceso a información confidencial. El profesor
Quigley los admiraba y defendía, solo criticaba la costumbre que
tenían, y aún tienen, de hacer todo de forma anónima, ya que él
consideraba que el mundo debería conocer a este grupo de personas
que estaban formando un sistema de gobierno mundial.
Otro
aspecto que llama poderosamente la atención es que algo tan
importante para nuestras vidas como que sean de propiedad privada
algunos bancos centrales que emiten el dinero y otros supuestamente
no lo sean, pero que funcionen como tales, no sea motivo de polémicas
ni discusiones en tertulias e informativos televisivos, así como de
las radios más importantes. ¿Acaso a ningún periodista o político
se le ocurre discutir sobre el tema? ¿Por qué motivo? Yo considero
que lo normal sería exponer los aspectos más favorables –ya dejé
claro que en mi opinión no tiene ninguno– como asimismo los
problemas y perjuicios. Además, debería ser un tema de los más
importantes en las discusiones y programas políticos, ya que
interfiere en sumo grado en nuestra situación económica. ¿Acaso
esos medios no tienen la suficiente libertad para exponer y debatir
sobre este tema?