jueves, 12 de julio de 2018

El poder financiero

El poder financiero


Desde un principio los banqueros descubrieron que prestarle a los estados y reinos constituía un gran negocio, ya que las cantidades eran muy elevadas y las ganancias también, además, siempre se asegurarían el cobro, pues estaba garantizado por el esfuerzo de toda la población del reino. Ellos también descubrieron que las guerras constituían otro negociazo, pues producían enormes necesidades de financiación. Entonces, las promovieron siguiendo la máxima que dice que para obtener mayores ganancias es necesario que haya caos, por supuesto que esto lo hicieron de acuerdo a sus propios intereses –incrementar SUS ganancias promoviendo al caos AJENO–.


Después de habernos enterado de que los bancos centrales suelen ser de propiedad privada y comprobar que las decisiones políticas en muchos casos –hoy en día en casi todos los casos– están dirigidas por grupos privados que las orientan siguiendo su propio interés personal. Queda muy claro de que hay que estudiar la historia de otra manera; considerando que existen estos poderosos grupos privados que toman las decisiones sin dar la cara. Por este motivo, en esta investigación vamos a seguir el rastro de la financiación de los acontecimientos, es de sobra conocido que las guerras y revoluciones siempre necesitan dinero para obtener el éxito. Para lograrlo, después de cada suceso, vamos a hacernos una pregunta muy importante para entender la historia: ¿A que grupo beneficia y a quién perjudica cada acontecimiento? 

La reforma cristiana resultó otra fuente de inmensas ganancias para las élites bancarias, ya que discutió el poder de la Iglesia Católica, que era muy fuerte y poco manejable, porque dependía de una dirección global en Roma. Después del cisma de Lutero se crearon nuevas Iglesias más dispersas y más manejables, además esto originó un sinfín de guerras que les deparó pingues ganancias. Hay que recordar que este enfrentamiento religioso se vio atizado por los problemas políticos entre los príncipes germanos y el emperador Carlos V. Por supuesto que los banqueros financiaron a los dos bandos, ya que no podían perder ninguna oportunidad de negocio. Sin embargo, la gran ocasión de efectuar un gran salto en su poder y riqueza llegó en la Revolución Inglesa de 1688.



La Revolución Inglesa de 1688 


También llamada la “Revolución Gloriosa”, acabó definitivamente con el sistema de monarquía absoluta de Inglaterra, inaugurando lo que sería el origen de la actual democracia parlamentaria británica. Dicha revolución se estudia como una rebelión de los súbditos protestantes contra el rey Jacobo II, que comenzaba a manifestarse como católico y, de hecho, los revolucionarios lucharon para que este rey abdicara en su hija, María, que estaba casada con el príncipe holandés Guillermo Enrique de Orange, de confesión protestante. Incluso se estudia que el motivo por el que comenzó fue cuando el rey Jacobo II tuvo un hijo. 

Entonces el Rey les exigió a María y su esposo que aceptasen su posición procatólica para heredar el trono, a lo que ellos se negaron. Los motivos que se esgrimen era que temían que la influencia francesa fuese demasiado grande y que además Guillermo era considerado en Europa el principal sostén de la causa protestante.
Esta Revolución produjo violentos enfrentamientos entre las tropas leales al Rey y las leales a su yerno. Para realizarla, los revolucionarios precisaron de una fuerte financiación, que fue dada por los banqueros de Amsterdam –Holanda–. Como contrapartida de este dinero, a estos banqueros les fue otorgada la facultad de emitir el dinero del Reino, para lo que se creó en 1694 el Banco de Inglaterra; un banco central privado, propiedad de los banqueros holandeses.

A partir de este momento, Inglaterra cayó en el sistema de dinero deuda y que un reino tan poderoso lo implantase resultó crucial para su propagación y preponderancia. Estos banqueros, que tenían su sede en Amsterdam, se trasladaron a Londres, haciendo de esta ciudad el centro financiero del mundo, que se mantuvo hasta fines del siglo XIX, cuando emigró a Nueva York –debían estar en el sitio adecuado para instalar el definitivo sistema de dinero deuda en EEUU: la Reserva Federal–.
Hasta el reinado del triunfador de la Revolución Gloriosa, Guillermo III, Inglaterra no tenía deudas y a partir de entonces su deuda creció imparable. Por supuesto que la historia oficial solo hablará maravillas de esta Revolución, ya que se implantó el sistema liberal inglés de democracia parlamentaria en reemplazo de la monarquía absoluta. Pero, lo cierto fue que el pueblo inglés no salió muy bien parado, ya que el Banco de Inglaterra nació como un banco comercial con la facultad para emitir dinero. De hecho, el líder de los banqueros angloholandeses, William Paterson, propuso la siguiente combinación para la creación del banco:
  1. El grupo privado anticiparía un préstamo en oro de 1.200.000 Libras con una tasa del 6% de interés, estando el capital e interés garantizados por el Estado y pagados en oro.
  2. Como recompensa, el grupo privado tiene el derecho a llamarse Banco de Inglaterra.
  3. Y como el grupo se despojaba de todo su capital para pagar el préstamo, exigía a cambio el derecho a emitir y de negociar pagarés hasta la suma de las 1.200.000 Libras prestadas en oro al Estado.
Mediante esta vil estafa, permitida por la traición del Rey, este clan de usureros duplicaba en ocho años su fortuna, ya que cobraba el 6 % de interés por el oro prestado al Rey y otro 6 % por los pagarés prestados al pueblo. El público tenía la confianza en esos pagarés, porque fueron autorizados por el Rey, a pesar de que el banco los prestó sin capital. Así nació el crédito moderno, una falsificación, pues se presta solo papel.

Así el Banco había creado una deuda doble, una del Gobierno –el cual después de todo se reembolsaba el oro–, y la otra del pueblo inglés, que solo se llevó papeles. Además, los súbditos debían pagar los servicios de ambas deudas mediante impuestos.

Guillermo III continuó endeudándose y el Banco también emitió el mismo monto en billetes. Como estos papeles comenzaron a circular como si fueran oro, también en el extranjero, desde entonces el Banco solo entregó papel al Gobierno. 

Al principio el Banco solo emitió billetes hasta la suma del oro prestado y conservó una reserva en oro, prevista para el reembolso. Poco a poco, los banqueros se dieron cuenta de que la gente prefería el papel al oro, ya que era más liviano. Entonces emitió billetes contentándose con conservar solo una reserva del 10 %, para atender a las posibles demandas de cambiar los pagarés por el metal.
Este fue el gran empujón para que el sector financiero se convirtiera definitivamente en el más importante, mucho más que el sector económico, que es el que produce y comercia los bienes y servicios que realmente la gente demanda. A partir de este momento nacería el verdadero enfrentamiento que deberíamos considerar: el del sector financiero vs el económico. Es razonable considerar que el financiero debería estar subordinado al económico y no al revés, ya que el sector financiero solo es necesario para superar el primitivo sistema de trueque, que como es lógico propicia enormes dificultades de funcionamiento. Sin embargo, no resulta así, ya que el verdadero amo y señor es el financiero.


¿Quién se benefició y quién se perjudicó con la Revolución de 1688?

Al reemplazar, la Revolución Gloriosa, un sistema monárquico absolutista por otro parlamentario, se presenta en su estudio histórico como un gran avance en la libertad del pueblo inglés, pero la pregunta que se impone es si es verdad. Porque como contrapartida nació el dinero deuda, por lo tanto, los súbditos ingleses, a partir de entonces, tuvieron que pagar intereses por tener su propia moneda, ergo, fueron más pobres. Por supuesto, que esta circunstancia no se notó tanto por el avance tecnológico que hubo en aquellos años: la Revolución Industrial. 

¿Pero realmente el pueblo incrementó su nivel de vida como lo hubiera incrementado si no se hubiese instalado el sistema financiero de moneda deuda? La verdadera respuesta es que no, ya que los súbditos tuvieron que pagar los intereses que le cobraron estas élites bancarias por emitir su moneda y esto los empobreció. ¿Fue más libre el pueblo inglés? Voy a contestar de una manera ejemplificativa y simple para que se entienda: en mi opinión para ser libre es necesario que el ciudadano disponga de dinero en el bolsillo, ya que, sin él, no lo somos, por tanto, considero que no pudo ser más libre.

Queda claro que el pueblo inglés fue el principal perjudicado de la instalación del dinero deuda con la creación del Banco de Inglaterra en 1694 y por contrapartida, resulta obvio que los principales beneficiados han sido los banqueros dueños de este banco emisor de dinero.

El problema principal que se encontraron las élites bancarias para lograr el objetivo de exportar el sistema de dinero deuda vigente en Inglaterra a otros reinos, fue el sistema político imperante en aquella época en gran parte del mundo, en donde lo gobernaba un Rey, que resultaba muy difícil de sobornar, ya que tenía el sustento de él y sus descendientes asegurado. Además, existían grandes imperios, de notable fortaleza: el español, el de los Habsburgo –ambos católicos–, el otomano –musulmán– y el ruso –cristiano ortodoxo–. Entonces decidieron dinamitarlos, para lo cual utilizaron la famosa técnica de “divide y vencerás”, y también el ardid de la traición, que se instrumentó financiando las logias secretas masónicas





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