domingo, 28 de octubre de 2018

¿Se beneficia la banca internacional con el marxismo?



Hemos visto que la gran banca internacional financió a logias para dinamitar desde dentro del sistema a determinados poderes políticos. Lo estudiamos en el aniquilamiento del Imperio Español, donde a través de las logias trabajaron determinados movimientos de tendencia liberal  que propiciaron su aniquilación –el caso más importante en la península fue el levantamiento del militar masón Riego reclamando la aplicación de la constitución de 1812, un acto en principio de carácter político, que por sus circunstancias se convirtió en alta traición, ya que de hecho evitó la lucha por mantener la unidad del Imperio– y no quiero decir con esto que todos los liberales tuviesen esta intención de traición, probablemente habría muchos que tuviesen buena fé, pero sus mandos sí actuaron en una dirección favorable a la aniquilación del Imperio.


Es razonable creer que la gran banca haya financiado a movimientos políticos liberales, ya que su ideología no era contradictoria con los intereses de los financieros, sin embargo, no parece lo mismo con el marxismo.

En mi opinión la idea con la que trabajan estos financieros es que ellos lo único que tienen que ocultar es la estafa del dinero deuda emitido por bancos centrales privados, ya que esta es la base de su negocio, y evitar a toda costa de que los diferentes estados se hicieran con la emisión de su propia moneda. Para hacerlo mejor deben introducir conflictos que no afecten a su estafa y si originan un enfrentamiento en la sociedad mucho mejor, pues las luchas –desde enfrentamientos parciales a guerras totales– constituyen para ellos un gran negocio –recordemos que siempre intentan financiar a los dos bandos–. Además, hay un dato a tener en cuenta, desde el momento en que financian a los dos bandos, ellos pueden elegir al ganador, con financiarlo más que el rival ya lo lograrían, incluso, llegado el caso, hasta podrían cortar la financiación del bando contrario.
   
De esta manera, crearon un espectro político que no podía fallar, pues se originó una tensión  permanente, que ocultó el verdadero meollo del asunto –los bancos nos estafan con el dinero deuda– y les deparó una mayor ganancia, pues el enfrentamiento permanente origina un gran gasto militar y de policía que precisa financiación. ¡Y que mejores financiadores que los que fabrican el dinero!


Georg W. F. Hegel
Esto que hemos explicado, Hegel lo trató filosóficamente –se llamó Dialéctica Hegeliana–, él expuso que la sociedad evolucinaba mediante el conflicto, para lo cual surgía una propuesta, que la llamó tesis, a lo que le respondía otra en sentido contrario, llamada antítesis, y como resultado de esta lucha se llegaba a la síntesis, que representaba la verdadera evolución. Aún hoy en los principales Servicios de Inteligencia del mundo –Mossad y Cia– se sigue esta teoría, ellos a la tesis la llaman acción y la antítesis reacción, para llegar a la solución –síntesis–.

La verdadera inteligencia de los banqueros es que ellos intentaron de que este enfrentamento entre teisis –marxismo– y antítesis –capitalismo– nunca llegase a la síntesis. Ya se encargaron de buscar herederos de los marxistas cuando el sistema cayó, porque si el enfrentamiento se solucionase podríamos posar nuestros ojos en la gran estafa del sistema de emisión de dinero por bancos centrales privados –aunque cayese sería muy complicado, ya que ningún medio de comunicación habla del tema, lo cual llama poderasamente la atención. ¿Tan poca libertad hay en la prensa?–.

El marxismo defendía la idea del internacionalismo –la desaparición de los estado/nación– y sin el paraguas protector de los estados, ¿cómo se pueden salvaguardar los derechos de las clases más desprotegidas? Ellos lo justificaban diciendo que si se instalaba el marxismo en todo el mundo esto se superaría. Algo, por cierto, discutible, pues surgen varias preguntas de difícil respuesta: ¿es posible crear riqueza con un sistema que dinamita la iniciativa individual de los seres humanos? ¿Se eliminaría con la aplicación del marxismo el perverso sistema de dinero deuda o directamente los banqueros se adosarían a las grandes empresas oligopólicas estatales para vampirizarlas? Asumiendo que con la aplicación del marxismo se lograsen solucionar estos problemas de la manera más conveniente para la ciudadanía, ¿qué pasaría mientras se logra?




Hoy en día, el capitalismo financiero que domina la mayor parte del mundo a través de los bancos centrales privados se puede afirmar que puso en práctica el internacionalismo propiciado por los marxistas –también por los liberales–, ahora se llama el globalismo. Con este sistema desaparecen los estados fuertes, ya que nos se puede defender a la mano de obra del país si se traen mercancías de otras naciones que suelen tener unos salarios más bajos –de esta manera se disminuye la actividad económicas de las naciones importadoras y aparece el desempleo, por tanto, no queda más remedio que disminuir los salarios de los trabajadores, por tanto este sistema conduce al esclavismo de todas las sociedades–.


La relación de los bancos con los Romanov


Instantánea durante la guerra ruso japonesa (1904-1905)
Durante la guerra Ruso-Japonesa de 1904, el vicepresidente del Banco del Japón, Korekiyo Takahasshi, fue enviado a los EEUU para obtener financiación. Este importante funcionario había vivido y estudiado en ese país de América, por tanto, hablaba perfectamente el inglés y conocía muy bien la cultura occidental, además, estaba muy bien conceptuado profesionalmente. Sin embargo, no encontró apoyo en la banca de Nueva York. Luego se dirigió a Londres en donde conoció al banquero Jacob Schiff, presidente del consorcio bancario Kuhn, Loeb & Co., que accedió a financiar al Japón. Todos los pormenores de esta financiación están documentados por las propias notas del propio Takahasshi. La historiografía oficial dice abiertamente que este banquero de Wall Street financió al Japón para dañar a Rusia por su antisemitismo. Es necesario recordar que este fue el mismo banquero que financió a Trosky en la Revolución de 1917.

Es conocido que los zares rusos durante el siglo XIX tuvieron una política muy dura con los judíos y esto les originó una gran antipatía de las personas que profesaban esta religión. Este pudo haber sido un motivo por el cual la gran banca internacional les dio la espalda, pues la mayoría era de origen judío. Además, sobre el final del siglo XIX apareció el sionismo, un movimiento político que ambicionaba darle un territorio a los judíos. Este movimiento sionista fue propiciado financieramente por los Rothschild.

Esta controversia de los zares con los judíos les originó enfrentamiento con la élite de esta religión, aunque, en determinados momentos, sus objetivos coincidieron, ya que si les negaban derechos a los judíos en Rusia, los impulsaban a emigrar y el sionismo estaba interesado en promover el regreso de su población a Palestina para crear lo que posteriormente se llamó el Estado de Israel. Por tanto, estudiar los acontecimientos que se produjeron en esta época en Rusia es muy complicado, pues hay grupos privados que en principio serían antagónicos, aunque en otros momentos podrían llegar a ser socios. Además, hay algo que, conciendo como son estos banqueros, a mí me cuesta dar por bueno, ¿acaso las élites bancarias que finaciaron enfrentamientos y guerras a todos los bandos en liza, podrían ir en contra de un gobierno solamente por su política contraria a los judíos? 




Esta operatoria suena más a una fachada, pues podrían perder su prestigio si actuasen de otra manera, pero la realidad sería que solo irían en contra de los zares porque tendrían otros motivos más importantes –poder y riqueza–. ¿Acaso tendría que ver más con este enfrentamiento de los bancos judíos con los zares las dificultades que el gobierno ruso les ponían a los primeros para concretar los negocios oligopólicos o monopólicos? 

A principios del siglo XX , el Imperio Ruso mostraba un gran vigor, ya que era un inmenso territorio muy poco poblado con enormes riquezas en recursos naturales –en esa época había desbancado a los EEUU como primer productor mundial de petróleo– y la gran banca se había asentado en Nueva York, haciéndose con la Reserva Federal. ¿Podrían aceptar los banqueros que otra gran nación le discutiese la hegemonía a los EEUU o a Inglaterra? Recordemos que la influencia de estos banqueros en Rusia no podía nunca llegar al poder que tenían en los otras dos grandes potencias, pues los Romanov les dificultaban los grandes negocios, ya que no contaban con el buen trato y preferencias del zar. Además, el sistema de bancos centrales privados y dinero deuda fue rechazado sistemáticamente por los zares, por tanto, le fue vetado a la gran banca internacional su principal negocio –en mi opinión estafa–.

Otro punto a tener en cuenta, fue la relación de los zares con la Masonería, ya que, como hemos estudiado, esta era la fuerza principal de choque que los banqueros utilizaban para ahcerse con el poder o por lo menos influirlo. El zar Alejandro I había autorizado su funcionamiento en 1805 por influencia de Ivan Boeber, miembro de la Academia Imperial de San Petesburgo. A partir de aquí proliferaron las logias masónicas, incluso el Gran Duque Constantino –hermano del propio zar– ingresó en una logia. 




Poco después de la derrota de Napoleón en Waterloo, 571 francmasones rusos, entre los que había 62 generales y 159 coroneles, confraternizaron en París con sus hermanos franceses y a la vuelta ya estaba sembrada la semilla contra el régimen autocrático. Según el autor Boris Telepneff, existían pruebas concluyentes de elementos peligrosos infiltrados en algunas logias rusas –lo mismo que había sucedido en el Imperio Español–. El jefe de la policía Kushelev lo detectó y recomendó que las logias se colocasen bajo control gubernamental o se cerrasen y el Zar optó por cerrarlas en 1822, desde ese mismo momento la Masonería fue prohibida. Lo que llama la atención es que el mismo Kushelev era masón, fue un caso raro, ya que prevaleció su fidelidad al Zar que a la Masonería, probablemente sea la ecepción que confirma la regla.

A partir de la prohibición de la Masonería, se sentenció la suerte de la monarquía rusa, ya que seguramente de no prohibirse la Masonería, al zar Alejandro I lo huibera sucedido su hermano masón Constantino, que hubiera establecido una monarquía constitucional. En cambio, lo sucedió su hermano Nicolás, que era muy reaccionario en estos temas y continuó con la política de eliminación del funcionamiento las logias masónicas.


Jacob Schiff y su hoding financiero

Como Jacob Schiff estuvo detrás de la financiación de muchos grupos antagónicos al zar, sería conveniente conocerlo un poco. Habia nacido en la ciudad alemana de Frankfurt de Meno en 1847, era de confesión judía. Su familia y los Bauer –Casa Rothschild– compartían una estrecha relación, los antepasados de ambas familias vivían en sendas casas del mismo edificio en el gueto judío de Frankfurt am Main. Ya antes de marcharse de la ciudad se había convertido en un agente de esa casa bancaria, como tradicionalmente lo habían sido sus antepasados. Se trasladó a los EEUU en 1865 y con el apoyo de los Rothschild rápidamente alcanzó un cargo directivo de la firma bancaria Kuhn, Loeb & Co. En breve tiempo la hzo crecer hasta convertirla en uno de los bancos más importantes del país –seguramente esa banca se había convertido en otro agente de los que siempre parecen que llevan el control: los Rothschild–.



Ya desde fines del siglo XIX los Kuhn, Loeb & Co. tenían una relación especial con los Rockefeller, se sabe que el magnate del petróleo disponía de una considerable rebaja por cada barril de aceite que transportaba en los ferrocarriles Pennsylvania, Baltimore and Ohio, que estaban controlados por los Kuhn, Loeb & Co. A principios del siglo XX, Jacob se unió comercialmente a los hermanos Warburg –Como hemos visto anteriormente muy vinculado desde el año 1857 a los Rothschild–, incluso su hija Frieda se casó con Felix Warburg.

Todo quedaría en familia porque la hija de Salomon Loeb, Nina, se casó con Paul Warburg. En resumen, a principios del siglo XX, existía una unión comercial y familiar entre los Rothschild, los Warburg, los Schiff y los Loeb, ya vimos que también estas familias se habían hecho en 1913 con el control de la Reserva Federal –junto a los Rockefeller y los Morgan, recordemos que a estos últimos se los consideró muy relacionados con los Rothschild–. Durante los primeros años del siglo XX, este cartel financiero finació el rearme de Alemania, el Imperio Austro-húngaro y el Otomano. Como no podía ser de otra manera, en cuanto la Guerra anHouse influyeron en el presidente Woodrow Wilson para que los EEUU entrasen en esa guerra –típica maniobra comercial de prestarle dinero a todos los contendientes para hacer un gran negocio–.

Los Rothshcild siempre habían tenido una gran implicación en los negocios con los zares, sin embargo, cuando en la época de la guerra ruso – japonesa el Zar Nicolás II les pidió dinero, estos fiancieros se lo negaron. Poco después, los Rothschild comenzaron a abandonar sus negocios en Rusia y en la época de la Revolución Bolchevique no tenían muchos intereses, es más la financiación de los Romanov no era importante –probablemente habían llegado a la conclusión que destronar a esta familia sería aún mejor negocio–. 


Para paliar estas necesidades fiancieras, el gobierno del Zar había vendido bonos de su deuda por Europa –devengaban un interés del 5 %–. Al tomar el poder en la Revolución de 1917, los Bolcheviques repudiaron la deuda del Zar, entonces los Estados en donde se habían vendido los bonos rusos salieron al rescate de los inverosres, así el gobierno francés los cambió por unos de su propia deuda. Lamentablemente no todos los inversores los cambiaron, ya que estos devengaban un interés inferior –el 3%–  y la prensa de aquella época había informado que el gobierno Bolchevique caería y el que lo reeplazase reconocería la deuda.  A día de hoy todavía existen 400.000 pequeños tenedores de la deuda rusa en Francia que reclaman su cancelación.

Bono ruso de 1894
El grupo de banqueros que financió a los Bolcheviques no podía perder dinero y la deuda repudiada por los comunistas fue la otorgada al Zar o al gobierno provisional anterior. Es decir que la deuda que el Holding de banqueros de Wall Street les otorgaron a los Bolcheviques sí fue reconocida. Además la deuda repudiada fue asumida por los Estados a los que pertenecían esos inversores privados y seguramente los banqueros dispondrían de la necesaria información de que no caería el gobierno de Lenin. 

Después de ver los casos de los pequeños inversores y los grandes Holding bancarios, uno, solo si fuese malo, podría sospechar que podría haber habido una maniobra traicionera para que los Estados salvasen a los bancos y dejasen caer –con informaciones falsas– a los pequeños inversores. Aunque mejor seamos buenos y no sospechemos nada.

Adicionalmente, los banqueros recibieron una inesperada ganancia, ya que los romanov fueron circunstancialmente asesinados y tenían importantes cantidades de dinero depositadas en bancos de Inglaterra y los EEUU, casualmente del grupo que financió a los Bolcheviques, que nunca fue reclamado. Si uno fuera malo, hasta podría creer que hubieran tenido motivos para impulsar este magnicidio, pero mejor seamos como hay que ser y no sospechemos nada.


El petróleo ruso

A principios del siglo XX, Rusia producía la mitad del petróleo mundial. La principal zona de extracción estaba en los alrededores de Bakú –Azerbaiyán–. Los hermanos Nobel –uno de ellos, Alfred, se hizo famoso por instaurar el famoso premio que lleva su apellido– fueron los primeros en explotarla. Sin embargo, se encontraron con una gran dificultad, debían hacer una línea de ferrocarril a través del Cáucaso para poder vender el petróleo. Para financiarlo tuvieron querecurrir a los Rothschild y en poco tiempo estos banqueros se implicaron en la producción petrolera hasta convertirse en los principales productores. Luego ampliaron las zonas de producción de oro negro en Rusia, continuando por las zonas adyacentes a Grozni –Chechenia –. A principios del siglo XX comenzaron una serie de conflictos en la zona de Bakú, conviolentos enfrentamientos entre cosacos, rusos y armenios. La violencia fue tal que incluso fue asesinado el Director General del Consorcio Petrolero de los Nobel.


Campos petroliferos Texas Spindletop, 1901
 Lamentablemente el ambiente continuó siendo muy inestable por la guerra ruso-japonesa y un sinfín de violentas luchas obreras –dirigidas por un jovencísimo Stalin–, ante esta situación de inseguridad, los Rothshcild lograron vender en 1912 sus pozos petroleros y demás propiedades al Consorcio Royal Dutch y Shell –la empresa holandesa se había hecho fuerte explotando pozos petroleros en el área asiática holandesa, en las zonas de Indonesia y Sumatra, y la Shell era una empresa fundada por los hermanos Samuel de origen judeo británico–. En esa transacción los Rothschild recibieron una importante paquete accionario del Consorcio que les compró los pozos petroleros. En 1917, la Revolución Bolchevique nacionalizó la producción de petróleo y el Consorcio Royal Dutch y Shell perdió esas propiedades.

Afortunadamente para los poderosos Rothschild, con esta operación lograron salvar sus inversiones. ¿Tuvieron suerte o buen olfato para los negocios? ¿Tal vez información privilegiada? Nadie lo puede saber, lo cierto fue que hasta ese momento, la Royal Dutch y Shell asomaba como principal competidor de la Standar Oil de los Rockefeller y luego de esta transacción ese Consorcio fue cayendo paulatinamente en las manos de los Rothshcild. Actualmente la controlan y también a las compañías del ramo: Exxon Mobil, Chevron y British Petroleum.

Un dato a tener en cuenta es que poco tiempo antes de esta operación, los Rothschild y los Rockefeller habían entablado conversaciones para dividirse el petróleo mundial, pero el Zar no estaba de acuerdo con este negociado. Por tanto, tenía intenciones de poner dificultades para que se quedaran con todo el petróleo ruso –era el primer productor mundial– y sin su concurso el contubernio resultaba imposible.

Llegados a este moemento en que el Zar rechazó esa asociación monopólica y la inestabilidad en Rusia era elevada –financiaba las revueltas casualmente un socio de los Rothschild y Rockefeller: Jacob Schiff– deberíamos hacernos una pregunta: ¿cómo podrían lograr los capitalistas del petróleo ese monopolio? Probablemente la mejor manera era la creación de un estado comunista totalitario en Rusia, con el fín de crear una economía cuativa que podrían eliminar de la competición. Después de la revolución Bolchevique más de la mitad de los pozos petroleros rusos quedaron parados y no pudieron volver a producir poque carecían de la tecnología necesaria. Esta fue una manera de consolidar el monopolio petrolero de la Standar Oil, ya que desapareció del mercado su principal competidor: el petróleo ruso. 




Como veremos más adelante, el Grupo Rockefeller fue uno de los que luego facilitó las inversiones petroleras y financieras en Rusia, con el objeto de que esos pozos volvieran a producir. ¿Acaso era un suicida? No, lo hizo para ganar mucho dinero, ya que se quedó con un porcentaje importante de la propiedad de los mismos. Además, al gobernar un régimen comunista, se aseguró que los rusos irían al trabajo para los monopolistas bolcheviques y los amos del petróleo podrían hacer una alianza con los brokers del poder socialista para su producción y comercialización.

Negocios entre el cartel bancario de Wall Street y la Revolución Bolchevique

Antes de exponer los negocios de estos clanes con los comunistas, debemos aclarar que la política oficial del gobierno de los EEUU fue no negociar con los Bolcheviques y los declaró como un gobierno ilegítimo, ya que la opinión pública era contraria a los comunistas por su barbarie. Recién en 1933 el gobierno americano reconoció oficialmente a los bolcheviques. Sin embargo, mucho antes el presidente de la Reserva Federal, Herbert Hoover, juntó dinero para comprar alimentos que habían sido apropiados por el gobierno ruso, y esto se presentó como un gesto humanitario hacia la población rusa –muy discutible, porque la población rusa estaba muerta de hambre y le habrían venido muy bien esos alimentos, pero el gobierno Bolchevique precisaba dinero para poner en funcionamiento su producción industrial–.

En 1927, la Estándar Oil de Rockefeller construyó una refinería en Rusia, según el profesor Anthony Sutton –reputado anlista que perteneció al gabinete del presidente de los EEUU James Carter– esta fue la primera inversión de empresas de los EEUU en Rusia luego de la Revolución. Esta empresa en aquella época tenía las reservas de petróleo más importantes del mundo y un poco después dicha petrolera hizo un trato para enviar petróleo soviético al mercado de Europa. Además, le dio un préstamo a la URSS de 75 millones de dólares –informado por National Republic, set. 1927–. Según decía, ya en 1955, el investigador Harvey O`Connor en “Theempire of Oil, Monthly Review Press, Nueva York, 1955”, dice: “La Standar Oil, después de la Revolución Bolchevique, había comprado el 50% de los campos petrolíferos de Nobel en el Caúcaso, a pesar de que teóricamente la propiedad había sido nacionalizada”.



Refinería de petróleo en Bakú

El banco de los Rockefeller, el Chase National Bank –que luego se fusionaría con el Manhattan Bank de los Warburg, todo queda en familia– influyó en el establecimiento de la Cámara de Comercio Ruso-Americana en 1922. De acuerdo al profesor Anthony Sutton: “En 1925, las negociaciones entre el Chase y el Prombank Soviético se extendieron más allá del financiamiento de las materias primas, y se planteó un programa completo para financiar las exportaciones de materias primas soviéticas a los EEUU”. Sutton también informó que el Chase National Bank y la Equitable Trust Company –ambas compañías pertenecientes a Rockefeller– eran lo líderes en el negocio del crédito soviético.

En 1928, el Chase National Bank también estaba involucrado en la venta de bonos Bolcheviques en los EEUU. Por este motivo este banco fue denunciado por organizaciones patrióticas, que dijeron públicamente: “que era una deshonra para América, llegaban a cualquier extremo para ganarse unos pocos dólares”.





Según Louis Budenz, el agente de los Rockefeller, FrankVanderlip –uno de los conspiradores de la isla de Jekyll–, comparaba a Lenin con George Washington. Además, los Rockefeller confiaron en su agente de relaciones públicas, Ivy Lee, la tarea de vender al público americano de que los Bolcheviques eran meramente idealistas incomprendidos. El historiador Anthony Sutton dice que el mismo Lee ya sugería que los EEUU no se deberían compropmeter en propaganda contra los Bolcheviques e hizo un llamamiento a la coexistencia pacífica y aconsejaba al gobierno que sería una buena política reconocer a la URSS y dar créditos anticipadamente. Sutton también dijo: “solo las concesiones del telégrafo danés, las concesiones japonesas de pesca, carbón y petróleo y el arriendo de la Standar Oil quedaron en la URSS después de 1935”.


Louis Mc Fadden


El congresista Louis Mc Fadden –ya lo estudiamos, era un gran rival del cartel bancario de la Reserva Federal– denunció en junio de 1933 en el Congreso: “el gobierno soviético ha recibido fondos de la Tesorería de los EEUU a través del Consejo de la Reserva Federal y de los bancos de la Reserva Federal, los que han actuado por intermedio del Chase Bank y otros bancos de Nueva York… abra los libros de Amtorg, la organización mercante del gobierno soviético en Nueva York, y de Bostorg, la oficina general de la organización Mercantil Soviética, y del State Bank de la Unión de las Repúblicas Soviéticas Socialistas, y estará impresionado de ver cuanto dinero norteamericano ha sido sacado desde la Tesorería de los EEUU a beneficio de Rusia. Trate de encontrar que negocio ha sido transado para el State Bank de la Rusia Soviética por su correspondiente, el Chase Bank de Nueva York…”.

También este incansable luchador contra los amos del dinero, Mc Fadden –así le fue–, dijo: “Inglaterra también recibió dinero nuestro a través de la Reserva Federal y después lo prestó al gobierno soviético mediante un alto interés…la construcción histórica de la central hidroeléctrica de Dnipro fue financiada con dinero retirado ilegalmente de las arcas de los EEUU por banqueros corruptos y deshonestos de la Reserva Federal”.

Después de ver cómo denunciaba el congresista Mc Fadden a los amos de la Feserva Federal, no resulta extraño que haya sido víctima de dos intentos de asesinato y que su temprana muerte fuera tan extraña. ¿Acaso otro intento de asesinato, esta vez exitoso?

Ya hemos visto que Rockefeller era parte de un cartel del dinero que compartían objetivos y esto lo denuncia también el profesor Anthony Sutton: “Hay un informe en los registros del Departamento de Estado, que nombra a Kuhn, loeb & Co. como financieros del Plan de Los Cinco Primeros Años de la URSS” –quinquenal de 1917 a 1922–.

Sutton también cita un informe de Averell Harriman al Departamento de Estado de junio de 1944, manifestando: “Stalin… dijo que cerca de dos tercios de la gran organización industrial de la Unión Soviética habían sido construídos con la ayuda o asistencia técnica de los EEUU”.

El profesor argentino Pablo Dávoli asegura que en el caso del régimen soviético –él que se consolidó durante la década del veinte, luego de la Revolución bolchevique–, el nuevo Banco central Soviético –encargado de emitir la moneda– fue capitalizado y financiado por la alta finanza internacional. Pusieron como director a un representante de Olof Aschberg –hombre de negocios judío sueco, asociado a Morgan, presidente de “Nya Banken”, con sede en Estocolmo, que era el banco de los sindicatos y los cooperativistas, además, según los informes de la Inteligencia Británica, había colaborado en la triangulación de fondos para hacer la Revolución de 1917.



En 1923 se creo el gran banco internacional soviético, llamado “Ruskombank”, según Anthony Sutton, el titular nominal fue Olof Aschberg y el primer presidente fue Max May, uno de los vicepresidentes de la Morgan Guaranty Trus. Rápidamente el Ruskombank designó a la Morgan Guaranty Trust Company como su agente norteamericano.

El contacto de Aschberg con los Bolcheviques fue Willi Münzenberg –político comunista alemán que fue el primer jefe de la Internacional Comunista Joven en 1919–, ya que ambos se habían hecho amigos en 1917. Llama la atención que un banquero enormemente rico fuera comunista –como dicen sus biógrafos–, además de socio de los banqueros dueños de la Reserva Federal, y se hiciese amigo del comunista Münzenberg –indudablemente parecía ser un hombre muy afable y agradable que lograba la amistad y confianza de todo tipo de personas–.

En cuanto los bolcheviques tuvieron aspiraciones de reconstruir la economía rusa, la tarea de Müzenberg fue ampliar sus modestos grupos de capital mediante la flotación de los llamados “Préstamos de los trabajadores”. Por medio de este subterfugio, el dinero utilizado para comprar máquinas y bienes en Occidente parecía ser el resultado del apoyo proletario, cuando en realidad provenía directamente del Kremlin, confiscado a los ricos de Rusia y a la Iglesia. Establecido el banco de Aschberg en 1920 en Alemania, este banquero había ganado la estima de los líderes soviéticos –a través de la recomendación de Müzenberg– y fue el encargado de eludir el boicot internacional de los bienes confiscados, lavando estos bienes con el objeto de comprar las maquinarias, bajo la fachada de los préstamos de los trabajadores. 

 
Olof Aschberg

Así aschberg se apropió de 250 iconos saqueados a las iglesias ortodoxas y luego los donó al Museo Nacional de Estocolmo en 1933 –todavía se pueden ver hoy en el Museo Nórdico de Estocolmo–. Además, según el investigador en Upsala Centro de Estudios de Rusia y de la Escuela de economía de Estocolmo, Martin Kragh, los Bolcheviques le permitieron a Aschberg lavar unas 500 toneladas de oro robado –lo fundió y le puso una insignia sueca para ocultar su procedencia–, se dice que una parte le fue entregado por financiar compra de las armas necesarias para la guerra civil. Es interesante aportar un dato de Anthony Sutton, que publicó una misiva de un expresidente de la Reserva Federal de Nueva York, William Boyce Thompson, desde Petrogrado y al principio de la Revolución, pidiendo un millón de dólares para ayudar a los Bolcheviques a expandirse, porque solo estaban en Moscú y Petrogrado y necesitaban propagar su dominio en el resto del territorio Ruso.

jueves, 18 de octubre de 2018

La Aniquilación del Imperio Ruso





 

Consideraciones previas

No es mi intención herir sensibilidades políticas al hablar de este tema, mi objetivo no es atacar a ninguna ideología en concreto, sino investigar y ver quién está detrás de estas; finaciándolas y tratando de manipularlas o valiéndose de ellas. No siempre estas actividades siniestras de los poderosos las conocen los simples simpatizantes o admiradores de determinadas ideas políticas, sin embargo, considero que es necesario conocerlas con el objeto de estar alerta y lograr luchar contra todos estos personajes ocultos y poderosos. Para este fin debemos ambicionar abrir nuestra mente, intentar razonar y ver todos los puntos de vista, aunque en determinados aspectos puedan exponer algo que no nos guste. Uno de los ejercicios más útiles para luchar contra las mentiras que nos repiten mil veces todos los días para inhibirnos a razonar y analizar los temas es justamente estudiar los hechos viendo su razonabilidad.

En mi opinión las distintas sociedades de todos los países están divididas en por lo menos dos ideales políticos que son irreconcialiables. La suerte es que en la mayoría de las naciones estos enfrentamientos ideológiocos no se dirimen por la fuerza. Ahora es cuando debemos empezar a razonar: ¿tiene sentido que las sociedades estén divididas en dos grupos irreconcialeables? Yo creo que no, ya que la gran mayoría de una sociedad tiene los mismos intereses y demandan soluciones similares.

Si nos ponemos a analizar las posturas políticas entre los supuestos rivales que se enfrentan con tanta saña, nos damos cuenta de que no son tan diferentes, por ejemplo, hay dos ideas económicas que no las discute nadie: el globalismo y el dinero deuda. ¿No será que nos han dividido artificialmente para que los políticos simulen que se pelean y nosotros nos pongamos detrás de unos y en contra de otros, y mientras tanto esos poderes enormes y ocultos que tienen unos intereses antagónicos a los nuestros se llevan su enorme tajada? Probablemente estos estafadores que se apropian de nuestras riquezas tienen un objetivo común  a los políticos, ya que la discusión política y la división de la sociedad garantiza que haya más políticos dedicados a la función pública. 

Finalmente me surge una pregunta que me daría risa si no fuera tan serio el tema –nos están esclavizando y quitando nuestra riqueza–: ¿Y si el sistema demócratico es una invención que sirve para fomentar la división de una sociedad que en circunstancias normales debiera estar unida? Esta división implicaría que la casta poítica esta integrada por más personas que las que debiera, sin que por este motivo se garantice un mejor gobierno –probablemente sea lo contrario– y de paso beneficia a los que manejan las finazas que como sanguijuelas se adhieren al Estado para chuparle todas las riquezas mientras los políticos y sus seguidores se la pasan discutiendo sobre temas que no son el meollo del asunto. Es un tema muy confilictivo, pero, a su vez, muy importante, y que los que lideran la opinión en los países –periodistas de radio, televisión y periódicos– nunca tocan. ¿Por qué será?



La Revolución

El Imperio Ruso fue aniquilado por los Bolcheviques –el partido comunista ruso que lideraba Lenin–, no fue un golpe fácil, ya que terminó en una cruenta guerra civil. Un tema que llama la atención y hay que considerarlo, es que la Rusia de aquellos años estaba participando en la Primera Guerra Mundial y otros imperios que también estaban inmersos en este enfrentamiento también fueron destruidos –el Otomano y el Austrohúngaro–. ¿Habrá sido una casualidad o estaba planificado?

"Soldados de la Revolución" de Vladimir Kholuyev


Los motivos que los historiadores esgrimen por el cuál se dio el golpe Bolchevique son variados, pero el que se considera más importante era que la población rusa rechazaba la participación del Imperio en la Primera Guerra Mundial y los Bocheviques se habían comprometido para lograr la paz al precio que fuera –realmente les salió muy caro–. Los Bolcheviques comenzaron este golpe de estado en la ciudad de Petrogrado –la capital del Imperio– desbancando al gobierno provisional de Kerensky, que había hecho lo propio con el Zar Alejandro en febrero de ese mismo año.

Siendo fieles al modo de investigación de este blog, no podemos considerar que estos levantamientos son movimientos espóntaneos de la población, sencillamente porque esto es imposible. Hay una máxima que debemos recordar siempre: para que un golpe de estado tenga éxito es necesario que esté siempre bien financiado, pues se precisan armas, pertrechos, dinero para pagar a los revolucionarios y a los traidores. 

En definitiva las asonadas siempre resultaron muy caras y detrás de ellas siempre estuvieron los de siempre: los que poseían el dinero y lo querían invertir para obtener todavía más dinero y poder. Visto de esta manera los golpes de estado, como las guerras, son una inversión que cuando culmina bien es muy rentable, pero que las pérdidas no son solo económicas, si no que lamentablemente se cuentan en sangre derramada. Para saber la verdad de esta revolución lo primero que deberíamos estudiar es la financiación del golpe Bolchevique que aniquiló al Imperio Ruso, ya que precisó de mucho dinero, no solo porque cualquier asonada lo precisa, si no porque en este caso derivó en una cruenta guerra civil.

 
La financiación de Lenin

Lenin estaba en suiza cuando estalló la Revolución de Febrero de 1917 y había estado fuera de Rusia –en Europa occidental– desde que había sido exilado por intentar derribar al Zar en la infructuosa Revolución comunista de 1905. Nótese que se repetía la misma situación: el Imperio Ruso estaba en guerra y el golpe aprovechaba esta situación –muy semejante a la caída del Imperio español. ¿Una casualidad o una planificación?–. El mismo Lenin explicó que el golpe de 1905 había sido un ensayo, ¿acaso entre las cosas a mejorar estaba una mayor financiación?

El gobierno provisional surgido de la Revolución de Febrero dictó la amnisitía general para los comunistas y otros revolucionarios exilados desde 1905, por tanto, los Bolcheviques en el momento que el zar abdicó no eran una fuerza decisiva. Tampoco llegaron al poder porque las masas oprimidas de Rusia los llamaran de vuelta –ya vimos que esto nunca sucede–, sino porque hombres muy influyentes de Europa y los EEUU los ayudaron a regresar a su tierra con el objeto de que se apropiaran del poder –esto es más habitual–. No hay que asombrarse, como ya hemos expuesto lo normal es que las masas no reclamen espontáneamente a ningún partido o líder político. Generalmente hay que impulsar el oportuno convecimiento del pueblo y cuesta mucho dinero –los cabecillas son caros–, en estas circunstancias existen las personas que aportan el dinero necesario para lograr este objetivo.

Según Miguel Pedrero en su libro “Corrupción, las cloacas del poder”, Lenin fue enviado a través de la Europa en guerra en el famoso “tren sellado”, acompañado de 32 revolucionarios. Este político levaba consigo algo así como –según explica Pablo Dávoli– unos 10 millones de dólares en oro –otros autores como Miguel Pedrero, hablan de unos seis millones de dólares–. Todo fue arreglado por el alto mando alemán y el banquero Max Warburg, cuyo contacto con Lenin se hizo a través de un socialista de toda la vida: un hombre muy rico llamado Alexander Helphand, alias “Parvus”.

Esta operación llama mucho la atención, pues los alemanes también tenían problemas con el partido comunista del propio país, que estaba muy ligado a los bolcheviques. Concretamente los comunistas alemanes estaban perjudicando al esfuerzo de guerra alemán con huelgas violentas y duras –incluso en la fabricación de armas y pertrechos para el ejército del país–. Por este motivo esta maniobra era muy arriesgada y, según diversos autores, la hicieron sin el consentimiento del Kaiser, o, por lo menos, fue engañado. Este plan fue llevado adelante por el Ministro de finanzas Walter Rathenau, un hombre muy rico de ascendencia judía y muy relacionado con el otro artífice del plan: el banquero Max Warburg –principal fuente de financiación– y a estos se le sumó el contacto Parvus. No sé si será importante, pero estos dos últimos impulsores de este plan, también eran de ascendencia judía.

Para empezar la investigación vamos a ver quienes eran estos tres personajes. Walter Rathenau era el hijo de un rico empresario judeo alemán, Emil Rathenau, que era presidente y fundador de la Sociedad General de Electricidad –AEG–. Era de ascendencia judía y no se consideraba sionista, es más propiciaba la integración de los judíos en Alemania, por tanto, se podría decir que tenía un sentimiento nacionalista alemán. Firmó en 1922 el tratado Rapallo, un acuerdo entre Alemania y la URSS de amistad –a pesar de ser un rico empresario, parecía tener muchas ganas de llegar a acuerdos con los comunistas rusos–. Lo asesinaron unos jóvenes nacionalistas alemanes en 1922.

Max Warburg fue el financiador, era el presidente del Consorcio Bancario Warburg en Alemania y Holanda. Esta firma bancaria había establecido relaciones a mediado del siglo XIX con la rama inglesa de los Rothschild –el banco de los Warburg había quebrado y había sido reflotado por los Rothschild para convertirse en la principal casa financiera de Alemania, por tanto, se podría razonar que eran agentes de los Rothschild–. A su vez era hermano y socio de Paul Warburg, que fue el miembro más destacado de la reunión en la isla de Jekyll en la que se redactó el acta de la Reserva Federal en 1910 –ver entrada del 6 de julio–. Su hermano Paul Warburg estaba casado con Nina J. Loeb, hija de Salomon Loeb, el fundador de la firma de inversiones Kuhn, Loeb & Co. Su otro hermano y socio se llamaba Felix Warburg, quien también se había ido a los EEUU y estaba casado con Frieda Schiff, la hija de Jacob Schiff, presidente de la firma Kuhn, Loeb & Co. Max Warburg fue uno de los fundadores del banco Commerzbank y participó en la delegación alemana que firmó el tratado de Versalles –el acuerdo de paz de la Primera Guerra Mundial–.

Parvus fue el intermediario que ayudó a contactar a Lenin con Max Warburg, ya que tenía una relación cercana con Lenin, pues ambos se conocían por haber colaborado en el periódico Iskra, un diario político de los emigrantes socialistas rusos. Había nacido en Bielorrusia, también de origen judío, fue un furibundo socialista revolucionario de tendencia de extrema izquierda. A los 19 años se había establecido en Basilea para estudiar en la universidad. Aquí contactó con Rosa de Luxemburgo y se unió al Partido Social Demócrata alemán, en el ala más izquierdista. También conoció a Trosky y tuvieron una relación muy fluida durante bastante tiempo. Entonces comenzó su carrera poítica y periodística, escribiendo para varios periódicos de tendencias de izquierda. Incluso intentó fundar sus propios diarios. 

También publicó un diario con Trosky llamado “El comienzo”, sin embargo, todas sus empresas editoriales fracasaron económicamente. Un dato curioso a tener en cuenta es que tuvo un litigio con el escritor Maxim Gorki que casi terminó en los tribunales. Después de 1910, comenzó a convertirse en un importante hombre de negocios, fue asesor de comerciantes rusos y armenios. Intervino en negocios propios de la guerra búlgara otomana –1912 y 1913–, en donde se hizo enormemente rico, se cree que con el tráfico de armas. Al comenzar la Primera Guerra Mundial era muy rico y los alemanes aprovecharon sus fabulosos contactos con los otomanos para utilizarlo –obviamente que sus servicios fueron muy bien remunerados–. En esta época sus tendencias políticas eran de izquierda, pero bastante más moderadas que antaño. 
 

La financiación de Trosky

Trosky en 1917 también estaba en el exilio y era reportero del diario comunista “El Nuevo Mundo” de un barrio bajo de Nueva York. Trosky también había estado muy relacionado con Parvus a principios del siglo XX en su exilio en Munich y Helpand lo había influido ideológicamente –recordemos que era doce años mayor que el ruso–.

Trosky regresó a Rusia a bordo del “S. S. Christiania” el 27 de marzo de 1917 y lo hizo rodeado de de 275 revolucionarios con mucho dinero y armas. El capital para su financiación había sido aportado por Jacob Schiff, el socio principal de Kuhn, Loeb & Co. Un artículo del N. Y. Journal American del 3 de febrero de 1949, contaba: “hoy el nieto de Jacob, John Schiff, estima que su abuelo gastó 20 millones de dólares por el triunfo final del Bolchevismo en Rusia”.
La primera escala del viaje en barco de regreso a Rusia de Trusky fue en Halifax –Canadá–. Aquí fue apresado por las autoridades junto a sus compañeros y el dinero. Para el gobierno canadiense esta fue una actitud muy lógica, ya que se sabía que si los bolcheviques tomaban el poder en Rusia, se detendría lo que el Partido llamaba “guerra imperialista” y pedirían una paz por separado con Alemania. Esto dejaría libre a millones de soldados alemanes para ir al frente occidental, donde combatían a los aliados –de los que formaban parte los canadienses–.

Trosky estuvo en prisión unos días, después, de improviso, los británicos –a través del futuro socio de Kuhn, Loeb & Co., Sir William Wiseman– y los EEUU –a través del asesor del presidente Wilson, el obicuo Coronel House– presionaron al gobierno canadiense para que lo dejara en libertad y lo liberaron, llegando a Rusia con sus 275 revolucionarios, el dinero, las armas y su pasaporte americano. Hay que recordar que en esta época y a pesar de sus vaivenes, se consideraba que Trosky estaba más cerca de la facción Menchevique del Partido Socialdemócrata, que de los Bolcheviques –cuando el Partido se había dividido, él había optado por los Mencheviques, sin embargo, más tarde había comenzado a tener una posición más independiente–, aunque tuvo el tino de no manifestar su preferencia en cuanto llegó a Rusia.

Toda la información de la financiación también fue confirmada por un importante general del Ejército Blanco, llamado Arséne de Goulevitch, en su libro “Czarism and the Revolution”. Además, el mismo Jacob Schiff había declarado públicamente en abril de 1917 que había sido gracias a su aporte finaciero que la Revolución en Rusia había tenido éxito. Por si todo esto resultara insuficiente, el profesor Sutton tuvo acceso y lo publicó, al Expediente 86100/5339 del Departamento de Estado de los EEUU, aquí el mismo Jacob Schiff confesaba una vez más que la Revolución de 1917 habia tenido éxito gracias a su financiación.

La financiación de los Bolcheviques estaba en manos de un sindicato de banqueros internacionales que, además del grupo Schiff-Kuhn, Loeb &Co.-Warburg, incluía los intereses de Morgan y Rockefeller –según el Washington Post del 2 de febrero de 1918, la Organización Morgan había aportado por lo menos un millón de dólares–. Además, según el autor Spence en “Agendas ocultas”, existe un archivo en el Departamento de Estado de los EEUU, fechado el 13 de noviembre de 1918, que afirmaba que no cabía ninguna duda de que la firma Huhn, Loeb & Co. y sus socios financiaron a la Revolución Rusa –incluso explica que la diseñaron–. Este informe también confirma que Max Warburg había financiado a Trosky e involucra a unos actores que veremos más adelante: Olof Achberg y su banco “Nya Banken” de Estocolmo.

Esta relación entre todos estos importantes banqueros venía desde hacía mucho tiempo y se había intensificado con el tiempo formando un auténtico clan –lo vimos en la entrada que explicamos la creación de la Reserva Federal–. Así cuando en 1857 el banco Warburg de Hamburgo estaba a punto de colapsar, según el autor Niall Ferguson, los Rothschild le entregaron grandes sumas de dinero. A partir de este momento, MM Warburg Bank y sus asociados operaron efectivamente como agentes de los Rothschild, entonces este banco pasó de ser una pequeña oficina con un puñado de trabajadores a convertirse en uno de los bancos más grandes e importantes de Alemania, destacándose en la financiación de las guerras. Los Morgan eran agentes de los Rothschild desde fines del siglo XIX y todos estos financieros –los Warburg, los Rothschild, los Kuhn, los Loeb, los Rockefeller y Jacob Shciff– estaban asociados desde el año 1913 en un banco central de su propiedad: la Reserva Federal de los EEUU –además habían conspirado junto a determinados políticos para su creación, ver entrada del 6 de julio–.

Indudablemente la financiación de Max Warburg a Lenin y Trosky podía responder a una actuación de patriotismo, al ser parte del bando alemán en la guerra –en mi opinión estos banqueros no respondían a ningún sentimiento de patria, ya vimos como funcionaban como un auténtico cartel y estaban en diferentes países, que casualmente estaban en guerra–, pero si esto era así, ¿Qué podíamos decir de la financiación de los banqueros que estaban en EEUU e Inglaterra? Indudablemente no podía responder a la misma actuación de patriotismo, pues en teoría, defendían a otros intereses. Ya hemos dicho que estos banqueros funcionaban como un cartel que defendían sus propios beneficios, sin embargo, llama la atención que diversos políticos se plegaran a sus intereses y actuaran en contra de sus propios países –por lo menos de sus compatriotas que combatían–, como hemos visto en la liberación de Trosky en Canadá, en la que influyeron el Coronel House –no era un político cualquiera, es más era el principal asesor del presidente Wilson y algunos autores creen que era el que realmente gobernaba–  y el británico Sir William Wiseman.

También llama la atención de que los más financiados fueron Trosky y Lenin, que en ese momento parecían encontrarse en dos facciones diferentes –Mencheviques y Bolcheviques–. Aunque, en cuanto comenzó la Revolución Rusa, el primero se pasó a los Bolcheviques. ¿Acaso en este acercamiento tuvo algo que ver la fuerte relación de ambos con los banqueros de Wall Street? ¿Y Parvus? ¿Qué papel desempeñó? Indudablemente resultó muy importante, por la amistad e influencia que tenía sobre Lenin y Trosky, y por las conexiones que poseía con la gran banca –Parvus fue un comunista muy llamativo; fracasó en todos los emprendimientos privados relacionados con la edición de libros y periódicos, sin embargo, se hizo inmensamente rico con actividades de intermediación comercial en el Imeprio Otomano, incluso algunos autores dicen que se dedicó al tráfico de armas–.

La pregunta que finalmente se impone es: ¿Por qué los amos del dinero de Wall Street financiaron a un partido que teóricamente sostenía que su propia existencia estaba basada en despojar de sus fortunas a hombres como los que los finaciaban? Es un contrasentido que habría que investigar y no resulta una tarea fácil, ya se sabe que las estafas –y esto tiene toda la pinta de serlo– se basan en que hay una información oculta a la mayoría que conocen unos pocos y que va en su beneficio. Considerando que los banqueros no son tontos –son demasiado listos–, se puede intuir que este apoyo implicaba algún tipo de acuerdo que les deparaba grandes beneficios.

jueves, 4 de octubre de 2018

Beneficiarios y perjudicados en el aniquilamiento del imperio español

¿Quién se benefició y quién se perjudicó con el aniquilamiento del Imperio Español?


Bandera del Imperio Español


Para responder a esta pregunta vamos a estudiar a cada uno de los actores por separado:



Imperio Español

No es necesario aclarar de que fue el gran perdedor, ya que lo aniquilaron; la mayor parte del mismo se independizó a principio del siglo XIX, y Cuba, Puerto Rico y Filipinas a finales de esa misma centuria. Para analizarlo mejor lo dividiremos entre la parte europea y la americana.





Parte europea

La guerra contra Napoleón provocó una enorme ruina económica, ya que los ejército invasores arrasaron al país destruyendo ciudades y pueblos, además originaron una cifra gigantesca –para la época– de pérdidas de vidas humanas –entre 300.000 y 500.000 españoles–.


Es necesario aclarar que la rapiña y destrucción no solo la prococaron las tropas francesas, sino que las inglesas, en principio aliadas, también arrasaron el territorio español. Como ejemplos de esta deslealtad podemos enunciar el bombardeo ordenado por Wellington de la industria textil de Bejar, que era competidora de la inglesa, o la destrucción de la Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro en Madrid cuando los franceses ya habían evacuado la ciudad.
Después que se logró expulsar a los franceses y lamentablemente se perdieron los territorios de ultramar, comenzó un tiempo de enfrentamientos políticos y guerras que provocaron la ruina material y humana del reino de España. Los primeros enfrentamientos fueron los de los Liberales contra los Absolutistas que tuvo su punto culminante en el levantamiento del capitán Riego.




En 1819 se reunió en Andalucía un ejército de 30.000 efectivos, destinado a sofocar la sublevación de los territorios americanos. El capitán Riego estaba al mando del 2º batallón asturiano y se alzó en las Cabezas de San Juan –Sevilla– proclamando la vigencia de la Constitución de 1812, estaba en contra del poder absolutista del rey Fernando VII. Este levantamiento no fue seguido por el pueblo y después de varias peripecias las tropas se dispersaron. El resultado de esta asonada fue la consolidación de las independencias de América, porque el ejército que iba a partir para intentar recuperarlas no lo hizo.

Cabe destacar que ante una situación de claro peligro para la integridad del Reino de España Riego actuó en función de sus ideas políticas. Independientemente si estas fueran buenas o malas esta desafortunada asonada permitió la culminación de la independencia de los territorios de ultramar, por tanto, se podría considerar como una traición. Es encesario aclarar de que este militar pertenecía a la Masonería. ¿A que intereses respondía el capitán Riego? ¿A España? ¿A la Masonería? Por lo pronto con su asonada permitió que sus compañeros masones del otro lado del océano Atlántico consumaran su traición.



Rafael del Riego
La financiación del levantamiento de Riego se hizo desde Gibraltar por el que luego sería presidente de gobierno: el liberal y masón Juan Álvarez Mendizábal. Este político durante su gobierno dictó las famosas desamortizaciones que liquidaron las tierras de la Iglesia Católica, queda claro con estas dos acciones a quién obedecía: a los dictados de la Masonería, cuyo fin era la destrucción de la Iglesia de Roma y de las monarquías absolutistas. Su segundo apellido era Méndez y lo cambió a Mendizábal para ocultar su probable origen judío. Después del comportamiento que tuvieron los masones en la destrucción del Imperio Español queda bastante claro de que la Masonería respondía a los dictados de las plutocracias bancarias que tenían la intención de instaurar el sistema de dinero deuda en los nuevos países que se desmebraron del Imperio Español.

Finalmente los liberales comenzaron a gobernar en España y los combatieron fuerzas de tendencia conservadora, los llamados Carlistas, en dos dramáticas guerras civiles durante el siglo XIX. Estos enfrentamientos políticos provocaron muchas víctimas y más ruina económica que dejó al Reino en una situicón desesperada. Ante semejante desastre material y humano –recordemos que se había perdido la mayor parte de América y en la península había una gran inestabilidad política– el valorado Real de a Ocho perdió su vigencia como divisa internacional –también tuvo mucho que ver la interrupción del comercio español desde Filipinas hasta España pasando por la América Hispana– lo que consolidó  el descenso del estatus del Reino a un nivel equivalente a potencia de tercer orden o incluso menor.

Después de todo los expuesto queda claro que el pueblo español que vivía en la metrópoli resultó muy perjudiacado por la independencia de las provincias de ultramar. Durante los siguientes años se vio inmerso en unos conflictos que solo le trajeron derramamiento de sangre y más ruína económica –en mi opinión estos enfrentamientos fueron promovidas por la Masonería y solo respondían a sus intereses, que son los mismos de quienes los financian y mandan–.

 

Parte americana

Los terribles enfrentamientos entre las tropas independentistas y las leales al Rey –Realistas– originaron en las antiguas provincias de ultramar una ruina económica absoluta y también humana. Ya hemos visto que los ejércitos independentistas tenían un gran apoyo en material y hombres de potencias extranjeras. Si analizamos las tropas de Bolivar encontramos de que contaban con 7.500 oficiales y soldados ingleses, más el apoyo de la flota inglesa que incluso llegó hasta el puerto del Callao –la comandaba el Lord Thomas Cochrane–. Por supuesto que este apoyo no resultó gratis y de tener enormes reservas en metales preciosos –muy significativas las de Lima y Buenos Aires– pasaron a perderlas e increíblemente quedaron incluso endeudados.



Ya antes los británicos habían dejado claro de que ambicionaban los tesoros que había en la America Hispana. Así en las invasiones inglesas de 1806 y 1807 el comandante William Carr Beresford había atacado y conquistado por breve tiempo la ciudad, en ese momento pudo llevarse a Inglaterra el tesoro de la ciudad –unas 40 toneladas de monedas de oro que fueron paseadas triunfalemente por Londres–. Sin embargo, luego de las guerra por la independencia, en 1824, las Provincias Unidas del río de la plata se endeudaron con la Casa Baring Brothers de Londres –realizar esta operación fue un requisito explícito para el reconocimento de su independencia por parte del Reino Unido de la Gran Bretaña–, este préstamo se terminó de pagar en la década del cuarenta del siglo XX –por supuesto que Inglaterra no consideró conveniente compensarlo con el tesoro anteriormente robado–.

Una vez que se lograron las independencias de los territorios del Imperio Español, este único reino se dividió en muchos países
–veintidos, contanto a la propia España, por tanto los nuevos países fueron mucho más vulnerables y débiles. El líder independentista Simón Bolívar se lamentó ya muy tarde por ello, cuando el mal estaba hecho y él había sido el gran responsable, probablemente había sido engañado por su propia logia. Esta artificial división en distintos países originó varias guerras entre ellos que propiciaron más pobreza y desastres humanitarios. Es interesante reseñar que la frontera norte de lo que había sido el Imperio –México– fue atacada por los EEUU y como consecuencia de esta guerra no buscada vastos territorios quedaron en poder de su vecino anglosajón. ¿Hubiera sucedido lo mismo de no existir una gran influencia de las logias masónicas en Hispanoamérica? ¿Si hubieramos continuado unidos qué hubiera sucedido?
     
General José de San Martín
 Ya hemos visto que una parte del ejército independentista comenzó en el virreinato del Río de la Plata al mando del general miembro de la logia Lautaro don José de San Martín. En el norte –virreinato de Nueva Granada– el comandante de las tropas independentistas fue Simón bolívar –un militar mucho más mediocre que San Martín y por supuesto menos exitoso en el campo de batalla– que disponía de tres regimientos británicos veteranos de las guerras napoleónicas y de la guerra angloestadounidense, divididos en la 1ª Legión Británica, la 2ª Legión Británica y la Legión Irlandesa. Uno de sus comandantes, el coronel James Rooke, murió en esa guerra luego de perder un brazo.

Según el autor Patricio Lons, ya a finales del siglo XVIII existían Informes para los Oidos del Rey que denunciaban que en la ciudad de Buenos Aires había numerosos espías ingleses que trabajaban junto a los contrabandistas de la zona –como en el caso de la independencia de los EEUU las élites contrabandistas serán las que impulsen las ideas independentistas–. Además, el mismo Patricio Lons explica que los líderes independentistas comenzaron el enfrentamiento contra España disfrazando el conflicto –diciendo que luchaban contra las ideas liberales que Napoleón había impuesto en la península–. Luego de que las tropas francesas se retiraran de España, no le quedó más remedio que quitarse la careta.

También es conveniente reseñar que las élites de comerciantes de la ciudad de Buenos Aires querían la apertura del comercio con Gran Bretaña e incluso se lo propusieron al Rey, diciéndole que se podrían comprar productos de igual calidad a un precio mucho más barato. El Rey les contestó que si se abría la importación de esos productos, los habitantes del virreinato –sobre todo los del interior que se dedicaban a la artesanía– disminuirían tanto sus ingresos que no les alcanzaría ni siquiera para comprar esos productos más baratos –una política completamente diferente a la seguida actualmente, que se prefiere que la gente no consiga trabajo y se compran productos en otros países porque resultan más baratos–.

 
Unitarios y Federales
Por si todas estas guerras no huiberan alcanzado, luego de obtener la independencia también hubo muchos enfrentamientos civiles en todos los países que habían sido parte del Imperio, que propiciaron más ruina económica y humana. En el caso de la República Argentina fueron las luchas entre los llamados Unitarios –propiciaban un gobierno dirigido desde la ciudad de Buenos Aires– y los federales –proclives a una descentralización del poder– que durarían hasta la batalla de Caseros –1852–.

 

Inglaterra

Este reino colaboró en las guerras independentistas en América, lo que le originó un gran gasto, que luego recuperó de los nuevos países independientes. Sin embargo, las perdidas humanas también fueron significativas y estas, lógicamente, irrecuperables.



General Cochrane

También sufrió pérdidas humanas en las guerras de España y Europa. Aun así, se consolidó como potencia dominante en el siglo XIX. También obtuvo el dominio político sobre los territorios americanos, logrando tener la libertad de comercio y de navegación por los ríos argentinos y de otros países. Como queda resumido, las clases dominantes británicas y los banqueros propietarios del dinero deuda lograron un avance económico impresionante, pero… ¿qué hubo del pueblo llano?, que además fue el que puso la sangre para lograr todas estas victorias de los ejércitos revolucionarios americanos. ¿Les valió la pena entregar su sangre para el mayor éxito de las élites inglesas?

 

Francia

Como resultado de las guerras napoleónicas, Francia tuvo una gran cantidad de pérdidas humanas y una enorme ruina económica que la dejó fuertemente endeudada. De esta ruina demográfica y financiera no se recuperó hasta casi la década del cincuenta del siglo XIX. Aún después continuó teniendo conflictos y guerras, por tanto, no se puede decir que le siglo XIX fuera una buena época para el país.



 
Casas financieras europeas    

Estos banqueros se hicieron enormente ricos financiando a todos los enfrentamientos. La riqueza lograda resultó tan cuantiosa que lograron adueñarse de los principales recursos del mundo –su verdadero objetivo–, sobre todo acompañando a la expansión británica –tuvieron la ventaja de tener la fuerza que sus ejércitos les otorgaban, ya que les respondían y combatían para acrecentar sus intereses–. Desde metales y piedras preciosas en África, hasta ferrocarriles en América, África y la India. Muchos países de América, África y Asia contrajeron enormes deudas con ellos y los dejaron muy bien posicionados para instalar el perverso sistema de dinero deuda y bancos centrales privados, a semejanza de los que ya tenían instalados en Holanda, Inglaterra y Francia.

Los conflictos les permitieron obtener cuantiosas ganancias financieras y por este motivo los propiciaron. Insaciables, promovieron guerras cuando algún gpbernante de algún país pequeño realizó políticas contrarias a sus intereses. Se puede reseñar a modo de ejemplo la guerra que enfrentó a Paraguay contra la Argentina, Brasil y Uruguay –1865 a 1870–, ya que el primer país se estaba convirtiendo en una nación ajena a los intereses comerciales británicos –que los dirigía la gran banca de este reino–, pues había instalado un sistema de proteccionismo económico que no permitía desarrollar el comercio internacional, ergo era una zona que no les deparaba ganancias fiancieras a través de la utilización de la Libra.

Esto no era un problema para Paraguay que por el contrario disfrutaba de un avance tecnológico y económico envidiable para la zona en la segunda mitad del siglo XIX. Entonces el poder financiero, a través de la potencia que actuaba como su fuerza de disuasión política y militar –Inglaterra– impulsó esa guerra tan desigual –según Daniel Estulín, Brasil, Argentina y Uruguay recibieron una fuerte financiación para este conflicto de las casas bancarias Baring Brothers y Rothschild–, que finalizó con un genocidio difícil de equiparar: casi la totalidad de los varones del Paraguay que no eran niños fueron exterminados y ese país entró en una espiral de ruina demóráfica y económica irrecuperable.
  
Es fácil concluir que los grandes beneficiados de la aniquilación del Imperio Español fueron estos banqueros, ya que se hicieron enormente ricos con las guerras que hubo en estos años, y además desbancaron al Real de a Ocho como moneda de comercio internacional, con lo que se quedaron en una posición financiera muy ventajosa. Se puede afirmar que consolidaron su poder mundial desbancando a su gran competidor: el Imperio Español. Fue en estos años cuando se afianzó definitivamente la supremacía del poder financiero respecto del económico. Además, al cesar el comercio tan ventajoso del Imperio Español con Asia, la potencia que tomó el relevo fue Gran Bretaña y ya se sabe que las élites políticas de este país estaban asociadas a las financieras –realmente tenían todo el poder en sus manos al poseer el Banco de Inglaterra, que era el que tenía el monopolio de emisión de la Libra–.

La participación de estos bancos en la financiación de los dos bandos en todas las guerras del siglo XIX están debidamente documentadas –dejó de financiar a los pocos casos de países que les interesaba especialmente destruir por ser gobiernos que trabajaban en contra de sus propios intereses–. Incluso es muy famosa la frase que la viuda de Mayer Rothschild, Guttle Schnapper, escribió en 1847 en una carta: “No se preocupe usted, no habrá guerra en Europa, mis hijos no proveerán el dinero necesario para la misma” –según escribió el autor Pérez Omister en su libro “Los señores de la guerra”–.

 

Opinión del AutorEl poder finaciero internacional les ha impuesto el sistema de dinero deuda a los habitantes de los territorios emancipados del Imperio Español y a los de su metropolí, mediante la imposición de bancos centrales privados que tienen el monopolio de emitir dinero. El sistema de explotación es aún más imaginativo; estos países se han endeudado ante bancos y organismos crediticios internacionales –por ejemplo el FMI– en dólares. 

¿Son reales o ficticias estas deudas? La Reserva Federal emite dólares, esta moneda se llama fiduciaria, ya que tiene valor porque la gente confía en ella, pero es solo papel pintado. Los organismo crediticios se hacen con este dinero y lo prestan a los países. Estas enormes deudas generan unos costes financieros que los países pagan periódicamente, quiere decir que los habitantes de estos países lo pagan con parte de sus trabajo y también las naciones con parte de las riquezas y recursos que poseen. Se observa que los fianciadores pintan un papel y finalmente logran quedarse con bienes tangibles que acrecientan su poder. ¿Se puede luchar contra esta injusticia?

Si estos países no logran unirse jamás podrán evitar esta pesada carga, como los poderes financieros son conocedores que este magnífico negocio solo puede prorrogarse con la desunión de esas naciones trabajan para fomentarla. Incluso continúan promoviendo divisiones e independencias de territorios en España y también en la Argentina y Chile. Para luchar con eficacia contra ellos debemos ir en la dirección contraria que ellos proponen y esta es la unión. La alianza que planteo sería una confederación de naciones hermanas para comerciar entre sí y salir del sistema de dinero deuda emitido por bancos centrales privados.

La independencia de las naciones hispanas de América estableció unos estados que nunca habían existido antes de la constitución del Imperio Español. Debemos dejar de lado nuestras diferencias y buscar los elementos que nos unen, somos más de quinientos millones de personas con una cultura común. Durante la época del Imperio los indios, mestizos y europeos hemos vivido en paz y armonía durante trescientos años. ¿Por qué no volver a intentarlo? Es más: luego de la independencia de las nuevas naciones hispanoamericanas no hubo ningún cambio significativo en los territorios que justifique la división. Ninguna etnia nativa mejoró significativamente su estatus social.

Otro punto de desunión que proponen los poderes financieros es el llamado indigenismo, que expone que los indios eran unas personas poco inteligentes y se dejaron avasallar por los europeos. Esta falsedad tiene solo un objetivo: dividir más. De acuerdo a lo que logré investigar y tratando de razonar lo que pudo haber sucedido, me parece que los nativos no eran tontos –hoy en día sus descendientes no lo son, ¿por qué lo iban a ser sus antepasados?– y aceptaron la tecnología de los europeos porque era más desarrollada y les convenía.

Resulta obvio que les deparó una gran mejoría en su nivel de vida, su alimentación fue más rica y variada, lo que les hizo aumentar el promedio de edad de sus vidas. Hubo un gran avance en las viviendas y en la educación –la cultura europea estaba mucho más desarrollada, ya que se encontraba en el centro del mundo conocido y con el comercio se nutría de todos los avances de los diferentes reinos–. Además, los indios vivían en guerras permanentes, y con la imposición del Imperio Español, se terminaron estos enfrentamientos y vivieron en paz. Todo lo que digo queda perfectamente demostrado por el comportamiento de éstos durante la rebelión independentista: la mayoría fueron fieles al Rey de España. Una fidelidad propia de personas muy leales que demostraron su lealtad incluso en la derrota, a sabiendas de que estarían en el bando perdedor.

Finalmente, es triste concluir que uno de los principales adversarios para lograr esta unión es la España europea, que en vez de mirar hacia sus hermanos iberoamericanos torció su cabeza hacia la Unión Europea –esta política es más propia de los diregentes que del propio pueblo–, que es una poderosa herramienta del poder financiero. ¿Acaso después de renunciar a su moneda propia y adoptar el Euro queda alguna duda?