domingo, 28 de octubre de 2018

¿Se beneficia la banca internacional con el marxismo?



Hemos visto que la gran banca internacional financió a logias para dinamitar desde dentro del sistema a determinados poderes políticos. Lo estudiamos en el aniquilamiento del Imperio Español, donde a través de las logias trabajaron determinados movimientos de tendencia liberal  que propiciaron su aniquilación –el caso más importante en la península fue el levantamiento del militar masón Riego reclamando la aplicación de la constitución de 1812, un acto en principio de carácter político, que por sus circunstancias se convirtió en alta traición, ya que de hecho evitó la lucha por mantener la unidad del Imperio– y no quiero decir con esto que todos los liberales tuviesen esta intención de traición, probablemente habría muchos que tuviesen buena fé, pero sus mandos sí actuaron en una dirección favorable a la aniquilación del Imperio.


Es razonable creer que la gran banca haya financiado a movimientos políticos liberales, ya que su ideología no era contradictoria con los intereses de los financieros, sin embargo, no parece lo mismo con el marxismo.

En mi opinión la idea con la que trabajan estos financieros es que ellos lo único que tienen que ocultar es la estafa del dinero deuda emitido por bancos centrales privados, ya que esta es la base de su negocio, y evitar a toda costa de que los diferentes estados se hicieran con la emisión de su propia moneda. Para hacerlo mejor deben introducir conflictos que no afecten a su estafa y si originan un enfrentamiento en la sociedad mucho mejor, pues las luchas –desde enfrentamientos parciales a guerras totales– constituyen para ellos un gran negocio –recordemos que siempre intentan financiar a los dos bandos–. Además, hay un dato a tener en cuenta, desde el momento en que financian a los dos bandos, ellos pueden elegir al ganador, con financiarlo más que el rival ya lo lograrían, incluso, llegado el caso, hasta podrían cortar la financiación del bando contrario.
   
De esta manera, crearon un espectro político que no podía fallar, pues se originó una tensión  permanente, que ocultó el verdadero meollo del asunto –los bancos nos estafan con el dinero deuda– y les deparó una mayor ganancia, pues el enfrentamiento permanente origina un gran gasto militar y de policía que precisa financiación. ¡Y que mejores financiadores que los que fabrican el dinero!


Georg W. F. Hegel
Esto que hemos explicado, Hegel lo trató filosóficamente –se llamó Dialéctica Hegeliana–, él expuso que la sociedad evolucinaba mediante el conflicto, para lo cual surgía una propuesta, que la llamó tesis, a lo que le respondía otra en sentido contrario, llamada antítesis, y como resultado de esta lucha se llegaba a la síntesis, que representaba la verdadera evolución. Aún hoy en los principales Servicios de Inteligencia del mundo –Mossad y Cia– se sigue esta teoría, ellos a la tesis la llaman acción y la antítesis reacción, para llegar a la solución –síntesis–.

La verdadera inteligencia de los banqueros es que ellos intentaron de que este enfrentamento entre teisis –marxismo– y antítesis –capitalismo– nunca llegase a la síntesis. Ya se encargaron de buscar herederos de los marxistas cuando el sistema cayó, porque si el enfrentamiento se solucionase podríamos posar nuestros ojos en la gran estafa del sistema de emisión de dinero por bancos centrales privados –aunque cayese sería muy complicado, ya que ningún medio de comunicación habla del tema, lo cual llama poderasamente la atención. ¿Tan poca libertad hay en la prensa?–.

El marxismo defendía la idea del internacionalismo –la desaparición de los estado/nación– y sin el paraguas protector de los estados, ¿cómo se pueden salvaguardar los derechos de las clases más desprotegidas? Ellos lo justificaban diciendo que si se instalaba el marxismo en todo el mundo esto se superaría. Algo, por cierto, discutible, pues surgen varias preguntas de difícil respuesta: ¿es posible crear riqueza con un sistema que dinamita la iniciativa individual de los seres humanos? ¿Se eliminaría con la aplicación del marxismo el perverso sistema de dinero deuda o directamente los banqueros se adosarían a las grandes empresas oligopólicas estatales para vampirizarlas? Asumiendo que con la aplicación del marxismo se lograsen solucionar estos problemas de la manera más conveniente para la ciudadanía, ¿qué pasaría mientras se logra?




Hoy en día, el capitalismo financiero que domina la mayor parte del mundo a través de los bancos centrales privados se puede afirmar que puso en práctica el internacionalismo propiciado por los marxistas –también por los liberales–, ahora se llama el globalismo. Con este sistema desaparecen los estados fuertes, ya que nos se puede defender a la mano de obra del país si se traen mercancías de otras naciones que suelen tener unos salarios más bajos –de esta manera se disminuye la actividad económicas de las naciones importadoras y aparece el desempleo, por tanto, no queda más remedio que disminuir los salarios de los trabajadores, por tanto este sistema conduce al esclavismo de todas las sociedades–.


La relación de los bancos con los Romanov


Instantánea durante la guerra ruso japonesa (1904-1905)
Durante la guerra Ruso-Japonesa de 1904, el vicepresidente del Banco del Japón, Korekiyo Takahasshi, fue enviado a los EEUU para obtener financiación. Este importante funcionario había vivido y estudiado en ese país de América, por tanto, hablaba perfectamente el inglés y conocía muy bien la cultura occidental, además, estaba muy bien conceptuado profesionalmente. Sin embargo, no encontró apoyo en la banca de Nueva York. Luego se dirigió a Londres en donde conoció al banquero Jacob Schiff, presidente del consorcio bancario Kuhn, Loeb & Co., que accedió a financiar al Japón. Todos los pormenores de esta financiación están documentados por las propias notas del propio Takahasshi. La historiografía oficial dice abiertamente que este banquero de Wall Street financió al Japón para dañar a Rusia por su antisemitismo. Es necesario recordar que este fue el mismo banquero que financió a Trosky en la Revolución de 1917.

Es conocido que los zares rusos durante el siglo XIX tuvieron una política muy dura con los judíos y esto les originó una gran antipatía de las personas que profesaban esta religión. Este pudo haber sido un motivo por el cual la gran banca internacional les dio la espalda, pues la mayoría era de origen judío. Además, sobre el final del siglo XIX apareció el sionismo, un movimiento político que ambicionaba darle un territorio a los judíos. Este movimiento sionista fue propiciado financieramente por los Rothschild.

Esta controversia de los zares con los judíos les originó enfrentamiento con la élite de esta religión, aunque, en determinados momentos, sus objetivos coincidieron, ya que si les negaban derechos a los judíos en Rusia, los impulsaban a emigrar y el sionismo estaba interesado en promover el regreso de su población a Palestina para crear lo que posteriormente se llamó el Estado de Israel. Por tanto, estudiar los acontecimientos que se produjeron en esta época en Rusia es muy complicado, pues hay grupos privados que en principio serían antagónicos, aunque en otros momentos podrían llegar a ser socios. Además, hay algo que, conciendo como son estos banqueros, a mí me cuesta dar por bueno, ¿acaso las élites bancarias que finaciaron enfrentamientos y guerras a todos los bandos en liza, podrían ir en contra de un gobierno solamente por su política contraria a los judíos? 




Esta operatoria suena más a una fachada, pues podrían perder su prestigio si actuasen de otra manera, pero la realidad sería que solo irían en contra de los zares porque tendrían otros motivos más importantes –poder y riqueza–. ¿Acaso tendría que ver más con este enfrentamiento de los bancos judíos con los zares las dificultades que el gobierno ruso les ponían a los primeros para concretar los negocios oligopólicos o monopólicos? 

A principios del siglo XX , el Imperio Ruso mostraba un gran vigor, ya que era un inmenso territorio muy poco poblado con enormes riquezas en recursos naturales –en esa época había desbancado a los EEUU como primer productor mundial de petróleo– y la gran banca se había asentado en Nueva York, haciéndose con la Reserva Federal. ¿Podrían aceptar los banqueros que otra gran nación le discutiese la hegemonía a los EEUU o a Inglaterra? Recordemos que la influencia de estos banqueros en Rusia no podía nunca llegar al poder que tenían en los otras dos grandes potencias, pues los Romanov les dificultaban los grandes negocios, ya que no contaban con el buen trato y preferencias del zar. Además, el sistema de bancos centrales privados y dinero deuda fue rechazado sistemáticamente por los zares, por tanto, le fue vetado a la gran banca internacional su principal negocio –en mi opinión estafa–.

Otro punto a tener en cuenta, fue la relación de los zares con la Masonería, ya que, como hemos estudiado, esta era la fuerza principal de choque que los banqueros utilizaban para ahcerse con el poder o por lo menos influirlo. El zar Alejandro I había autorizado su funcionamiento en 1805 por influencia de Ivan Boeber, miembro de la Academia Imperial de San Petesburgo. A partir de aquí proliferaron las logias masónicas, incluso el Gran Duque Constantino –hermano del propio zar– ingresó en una logia. 




Poco después de la derrota de Napoleón en Waterloo, 571 francmasones rusos, entre los que había 62 generales y 159 coroneles, confraternizaron en París con sus hermanos franceses y a la vuelta ya estaba sembrada la semilla contra el régimen autocrático. Según el autor Boris Telepneff, existían pruebas concluyentes de elementos peligrosos infiltrados en algunas logias rusas –lo mismo que había sucedido en el Imperio Español–. El jefe de la policía Kushelev lo detectó y recomendó que las logias se colocasen bajo control gubernamental o se cerrasen y el Zar optó por cerrarlas en 1822, desde ese mismo momento la Masonería fue prohibida. Lo que llama la atención es que el mismo Kushelev era masón, fue un caso raro, ya que prevaleció su fidelidad al Zar que a la Masonería, probablemente sea la ecepción que confirma la regla.

A partir de la prohibición de la Masonería, se sentenció la suerte de la monarquía rusa, ya que seguramente de no prohibirse la Masonería, al zar Alejandro I lo huibera sucedido su hermano masón Constantino, que hubiera establecido una monarquía constitucional. En cambio, lo sucedió su hermano Nicolás, que era muy reaccionario en estos temas y continuó con la política de eliminación del funcionamiento las logias masónicas.


Jacob Schiff y su hoding financiero

Como Jacob Schiff estuvo detrás de la financiación de muchos grupos antagónicos al zar, sería conveniente conocerlo un poco. Habia nacido en la ciudad alemana de Frankfurt de Meno en 1847, era de confesión judía. Su familia y los Bauer –Casa Rothschild– compartían una estrecha relación, los antepasados de ambas familias vivían en sendas casas del mismo edificio en el gueto judío de Frankfurt am Main. Ya antes de marcharse de la ciudad se había convertido en un agente de esa casa bancaria, como tradicionalmente lo habían sido sus antepasados. Se trasladó a los EEUU en 1865 y con el apoyo de los Rothschild rápidamente alcanzó un cargo directivo de la firma bancaria Kuhn, Loeb & Co. En breve tiempo la hzo crecer hasta convertirla en uno de los bancos más importantes del país –seguramente esa banca se había convertido en otro agente de los que siempre parecen que llevan el control: los Rothschild–.



Ya desde fines del siglo XIX los Kuhn, Loeb & Co. tenían una relación especial con los Rockefeller, se sabe que el magnate del petróleo disponía de una considerable rebaja por cada barril de aceite que transportaba en los ferrocarriles Pennsylvania, Baltimore and Ohio, que estaban controlados por los Kuhn, Loeb & Co. A principios del siglo XX, Jacob se unió comercialmente a los hermanos Warburg –Como hemos visto anteriormente muy vinculado desde el año 1857 a los Rothschild–, incluso su hija Frieda se casó con Felix Warburg.

Todo quedaría en familia porque la hija de Salomon Loeb, Nina, se casó con Paul Warburg. En resumen, a principios del siglo XX, existía una unión comercial y familiar entre los Rothschild, los Warburg, los Schiff y los Loeb, ya vimos que también estas familias se habían hecho en 1913 con el control de la Reserva Federal –junto a los Rockefeller y los Morgan, recordemos que a estos últimos se los consideró muy relacionados con los Rothschild–. Durante los primeros años del siglo XX, este cartel financiero finació el rearme de Alemania, el Imperio Austro-húngaro y el Otomano. Como no podía ser de otra manera, en cuanto la Guerra anHouse influyeron en el presidente Woodrow Wilson para que los EEUU entrasen en esa guerra –típica maniobra comercial de prestarle dinero a todos los contendientes para hacer un gran negocio–.

Los Rothshcild siempre habían tenido una gran implicación en los negocios con los zares, sin embargo, cuando en la época de la guerra ruso – japonesa el Zar Nicolás II les pidió dinero, estos fiancieros se lo negaron. Poco después, los Rothschild comenzaron a abandonar sus negocios en Rusia y en la época de la Revolución Bolchevique no tenían muchos intereses, es más la financiación de los Romanov no era importante –probablemente habían llegado a la conclusión que destronar a esta familia sería aún mejor negocio–. 


Para paliar estas necesidades fiancieras, el gobierno del Zar había vendido bonos de su deuda por Europa –devengaban un interés del 5 %–. Al tomar el poder en la Revolución de 1917, los Bolcheviques repudiaron la deuda del Zar, entonces los Estados en donde se habían vendido los bonos rusos salieron al rescate de los inverosres, así el gobierno francés los cambió por unos de su propia deuda. Lamentablemente no todos los inversores los cambiaron, ya que estos devengaban un interés inferior –el 3%–  y la prensa de aquella época había informado que el gobierno Bolchevique caería y el que lo reeplazase reconocería la deuda.  A día de hoy todavía existen 400.000 pequeños tenedores de la deuda rusa en Francia que reclaman su cancelación.

Bono ruso de 1894
El grupo de banqueros que financió a los Bolcheviques no podía perder dinero y la deuda repudiada por los comunistas fue la otorgada al Zar o al gobierno provisional anterior. Es decir que la deuda que el Holding de banqueros de Wall Street les otorgaron a los Bolcheviques sí fue reconocida. Además la deuda repudiada fue asumida por los Estados a los que pertenecían esos inversores privados y seguramente los banqueros dispondrían de la necesaria información de que no caería el gobierno de Lenin. 

Después de ver los casos de los pequeños inversores y los grandes Holding bancarios, uno, solo si fuese malo, podría sospechar que podría haber habido una maniobra traicionera para que los Estados salvasen a los bancos y dejasen caer –con informaciones falsas– a los pequeños inversores. Aunque mejor seamos buenos y no sospechemos nada.

Adicionalmente, los banqueros recibieron una inesperada ganancia, ya que los romanov fueron circunstancialmente asesinados y tenían importantes cantidades de dinero depositadas en bancos de Inglaterra y los EEUU, casualmente del grupo que financió a los Bolcheviques, que nunca fue reclamado. Si uno fuera malo, hasta podría creer que hubieran tenido motivos para impulsar este magnicidio, pero mejor seamos como hay que ser y no sospechemos nada.


El petróleo ruso

A principios del siglo XX, Rusia producía la mitad del petróleo mundial. La principal zona de extracción estaba en los alrededores de Bakú –Azerbaiyán–. Los hermanos Nobel –uno de ellos, Alfred, se hizo famoso por instaurar el famoso premio que lleva su apellido– fueron los primeros en explotarla. Sin embargo, se encontraron con una gran dificultad, debían hacer una línea de ferrocarril a través del Cáucaso para poder vender el petróleo. Para financiarlo tuvieron querecurrir a los Rothschild y en poco tiempo estos banqueros se implicaron en la producción petrolera hasta convertirse en los principales productores. Luego ampliaron las zonas de producción de oro negro en Rusia, continuando por las zonas adyacentes a Grozni –Chechenia –. A principios del siglo XX comenzaron una serie de conflictos en la zona de Bakú, conviolentos enfrentamientos entre cosacos, rusos y armenios. La violencia fue tal que incluso fue asesinado el Director General del Consorcio Petrolero de los Nobel.


Campos petroliferos Texas Spindletop, 1901
 Lamentablemente el ambiente continuó siendo muy inestable por la guerra ruso-japonesa y un sinfín de violentas luchas obreras –dirigidas por un jovencísimo Stalin–, ante esta situación de inseguridad, los Rothshcild lograron vender en 1912 sus pozos petroleros y demás propiedades al Consorcio Royal Dutch y Shell –la empresa holandesa se había hecho fuerte explotando pozos petroleros en el área asiática holandesa, en las zonas de Indonesia y Sumatra, y la Shell era una empresa fundada por los hermanos Samuel de origen judeo británico–. En esa transacción los Rothschild recibieron una importante paquete accionario del Consorcio que les compró los pozos petroleros. En 1917, la Revolución Bolchevique nacionalizó la producción de petróleo y el Consorcio Royal Dutch y Shell perdió esas propiedades.

Afortunadamente para los poderosos Rothschild, con esta operación lograron salvar sus inversiones. ¿Tuvieron suerte o buen olfato para los negocios? ¿Tal vez información privilegiada? Nadie lo puede saber, lo cierto fue que hasta ese momento, la Royal Dutch y Shell asomaba como principal competidor de la Standar Oil de los Rockefeller y luego de esta transacción ese Consorcio fue cayendo paulatinamente en las manos de los Rothshcild. Actualmente la controlan y también a las compañías del ramo: Exxon Mobil, Chevron y British Petroleum.

Un dato a tener en cuenta es que poco tiempo antes de esta operación, los Rothschild y los Rockefeller habían entablado conversaciones para dividirse el petróleo mundial, pero el Zar no estaba de acuerdo con este negociado. Por tanto, tenía intenciones de poner dificultades para que se quedaran con todo el petróleo ruso –era el primer productor mundial– y sin su concurso el contubernio resultaba imposible.

Llegados a este moemento en que el Zar rechazó esa asociación monopólica y la inestabilidad en Rusia era elevada –financiaba las revueltas casualmente un socio de los Rothschild y Rockefeller: Jacob Schiff– deberíamos hacernos una pregunta: ¿cómo podrían lograr los capitalistas del petróleo ese monopolio? Probablemente la mejor manera era la creación de un estado comunista totalitario en Rusia, con el fín de crear una economía cuativa que podrían eliminar de la competición. Después de la revolución Bolchevique más de la mitad de los pozos petroleros rusos quedaron parados y no pudieron volver a producir poque carecían de la tecnología necesaria. Esta fue una manera de consolidar el monopolio petrolero de la Standar Oil, ya que desapareció del mercado su principal competidor: el petróleo ruso. 




Como veremos más adelante, el Grupo Rockefeller fue uno de los que luego facilitó las inversiones petroleras y financieras en Rusia, con el objeto de que esos pozos volvieran a producir. ¿Acaso era un suicida? No, lo hizo para ganar mucho dinero, ya que se quedó con un porcentaje importante de la propiedad de los mismos. Además, al gobernar un régimen comunista, se aseguró que los rusos irían al trabajo para los monopolistas bolcheviques y los amos del petróleo podrían hacer una alianza con los brokers del poder socialista para su producción y comercialización.

Negocios entre el cartel bancario de Wall Street y la Revolución Bolchevique

Antes de exponer los negocios de estos clanes con los comunistas, debemos aclarar que la política oficial del gobierno de los EEUU fue no negociar con los Bolcheviques y los declaró como un gobierno ilegítimo, ya que la opinión pública era contraria a los comunistas por su barbarie. Recién en 1933 el gobierno americano reconoció oficialmente a los bolcheviques. Sin embargo, mucho antes el presidente de la Reserva Federal, Herbert Hoover, juntó dinero para comprar alimentos que habían sido apropiados por el gobierno ruso, y esto se presentó como un gesto humanitario hacia la población rusa –muy discutible, porque la población rusa estaba muerta de hambre y le habrían venido muy bien esos alimentos, pero el gobierno Bolchevique precisaba dinero para poner en funcionamiento su producción industrial–.

En 1927, la Estándar Oil de Rockefeller construyó una refinería en Rusia, según el profesor Anthony Sutton –reputado anlista que perteneció al gabinete del presidente de los EEUU James Carter– esta fue la primera inversión de empresas de los EEUU en Rusia luego de la Revolución. Esta empresa en aquella época tenía las reservas de petróleo más importantes del mundo y un poco después dicha petrolera hizo un trato para enviar petróleo soviético al mercado de Europa. Además, le dio un préstamo a la URSS de 75 millones de dólares –informado por National Republic, set. 1927–. Según decía, ya en 1955, el investigador Harvey O`Connor en “Theempire of Oil, Monthly Review Press, Nueva York, 1955”, dice: “La Standar Oil, después de la Revolución Bolchevique, había comprado el 50% de los campos petrolíferos de Nobel en el Caúcaso, a pesar de que teóricamente la propiedad había sido nacionalizada”.



Refinería de petróleo en Bakú

El banco de los Rockefeller, el Chase National Bank –que luego se fusionaría con el Manhattan Bank de los Warburg, todo queda en familia– influyó en el establecimiento de la Cámara de Comercio Ruso-Americana en 1922. De acuerdo al profesor Anthony Sutton: “En 1925, las negociaciones entre el Chase y el Prombank Soviético se extendieron más allá del financiamiento de las materias primas, y se planteó un programa completo para financiar las exportaciones de materias primas soviéticas a los EEUU”. Sutton también informó que el Chase National Bank y la Equitable Trust Company –ambas compañías pertenecientes a Rockefeller– eran lo líderes en el negocio del crédito soviético.

En 1928, el Chase National Bank también estaba involucrado en la venta de bonos Bolcheviques en los EEUU. Por este motivo este banco fue denunciado por organizaciones patrióticas, que dijeron públicamente: “que era una deshonra para América, llegaban a cualquier extremo para ganarse unos pocos dólares”.





Según Louis Budenz, el agente de los Rockefeller, FrankVanderlip –uno de los conspiradores de la isla de Jekyll–, comparaba a Lenin con George Washington. Además, los Rockefeller confiaron en su agente de relaciones públicas, Ivy Lee, la tarea de vender al público americano de que los Bolcheviques eran meramente idealistas incomprendidos. El historiador Anthony Sutton dice que el mismo Lee ya sugería que los EEUU no se deberían compropmeter en propaganda contra los Bolcheviques e hizo un llamamiento a la coexistencia pacífica y aconsejaba al gobierno que sería una buena política reconocer a la URSS y dar créditos anticipadamente. Sutton también dijo: “solo las concesiones del telégrafo danés, las concesiones japonesas de pesca, carbón y petróleo y el arriendo de la Standar Oil quedaron en la URSS después de 1935”.


Louis Mc Fadden


El congresista Louis Mc Fadden –ya lo estudiamos, era un gran rival del cartel bancario de la Reserva Federal– denunció en junio de 1933 en el Congreso: “el gobierno soviético ha recibido fondos de la Tesorería de los EEUU a través del Consejo de la Reserva Federal y de los bancos de la Reserva Federal, los que han actuado por intermedio del Chase Bank y otros bancos de Nueva York… abra los libros de Amtorg, la organización mercante del gobierno soviético en Nueva York, y de Bostorg, la oficina general de la organización Mercantil Soviética, y del State Bank de la Unión de las Repúblicas Soviéticas Socialistas, y estará impresionado de ver cuanto dinero norteamericano ha sido sacado desde la Tesorería de los EEUU a beneficio de Rusia. Trate de encontrar que negocio ha sido transado para el State Bank de la Rusia Soviética por su correspondiente, el Chase Bank de Nueva York…”.

También este incansable luchador contra los amos del dinero, Mc Fadden –así le fue–, dijo: “Inglaterra también recibió dinero nuestro a través de la Reserva Federal y después lo prestó al gobierno soviético mediante un alto interés…la construcción histórica de la central hidroeléctrica de Dnipro fue financiada con dinero retirado ilegalmente de las arcas de los EEUU por banqueros corruptos y deshonestos de la Reserva Federal”.

Después de ver cómo denunciaba el congresista Mc Fadden a los amos de la Feserva Federal, no resulta extraño que haya sido víctima de dos intentos de asesinato y que su temprana muerte fuera tan extraña. ¿Acaso otro intento de asesinato, esta vez exitoso?

Ya hemos visto que Rockefeller era parte de un cartel del dinero que compartían objetivos y esto lo denuncia también el profesor Anthony Sutton: “Hay un informe en los registros del Departamento de Estado, que nombra a Kuhn, loeb & Co. como financieros del Plan de Los Cinco Primeros Años de la URSS” –quinquenal de 1917 a 1922–.

Sutton también cita un informe de Averell Harriman al Departamento de Estado de junio de 1944, manifestando: “Stalin… dijo que cerca de dos tercios de la gran organización industrial de la Unión Soviética habían sido construídos con la ayuda o asistencia técnica de los EEUU”.

El profesor argentino Pablo Dávoli asegura que en el caso del régimen soviético –él que se consolidó durante la década del veinte, luego de la Revolución bolchevique–, el nuevo Banco central Soviético –encargado de emitir la moneda– fue capitalizado y financiado por la alta finanza internacional. Pusieron como director a un representante de Olof Aschberg –hombre de negocios judío sueco, asociado a Morgan, presidente de “Nya Banken”, con sede en Estocolmo, que era el banco de los sindicatos y los cooperativistas, además, según los informes de la Inteligencia Británica, había colaborado en la triangulación de fondos para hacer la Revolución de 1917.



En 1923 se creo el gran banco internacional soviético, llamado “Ruskombank”, según Anthony Sutton, el titular nominal fue Olof Aschberg y el primer presidente fue Max May, uno de los vicepresidentes de la Morgan Guaranty Trus. Rápidamente el Ruskombank designó a la Morgan Guaranty Trust Company como su agente norteamericano.

El contacto de Aschberg con los Bolcheviques fue Willi Münzenberg –político comunista alemán que fue el primer jefe de la Internacional Comunista Joven en 1919–, ya que ambos se habían hecho amigos en 1917. Llama la atención que un banquero enormemente rico fuera comunista –como dicen sus biógrafos–, además de socio de los banqueros dueños de la Reserva Federal, y se hiciese amigo del comunista Münzenberg –indudablemente parecía ser un hombre muy afable y agradable que lograba la amistad y confianza de todo tipo de personas–.

En cuanto los bolcheviques tuvieron aspiraciones de reconstruir la economía rusa, la tarea de Müzenberg fue ampliar sus modestos grupos de capital mediante la flotación de los llamados “Préstamos de los trabajadores”. Por medio de este subterfugio, el dinero utilizado para comprar máquinas y bienes en Occidente parecía ser el resultado del apoyo proletario, cuando en realidad provenía directamente del Kremlin, confiscado a los ricos de Rusia y a la Iglesia. Establecido el banco de Aschberg en 1920 en Alemania, este banquero había ganado la estima de los líderes soviéticos –a través de la recomendación de Müzenberg– y fue el encargado de eludir el boicot internacional de los bienes confiscados, lavando estos bienes con el objeto de comprar las maquinarias, bajo la fachada de los préstamos de los trabajadores. 

 
Olof Aschberg

Así aschberg se apropió de 250 iconos saqueados a las iglesias ortodoxas y luego los donó al Museo Nacional de Estocolmo en 1933 –todavía se pueden ver hoy en el Museo Nórdico de Estocolmo–. Además, según el investigador en Upsala Centro de Estudios de Rusia y de la Escuela de economía de Estocolmo, Martin Kragh, los Bolcheviques le permitieron a Aschberg lavar unas 500 toneladas de oro robado –lo fundió y le puso una insignia sueca para ocultar su procedencia–, se dice que una parte le fue entregado por financiar compra de las armas necesarias para la guerra civil. Es interesante aportar un dato de Anthony Sutton, que publicó una misiva de un expresidente de la Reserva Federal de Nueva York, William Boyce Thompson, desde Petrogrado y al principio de la Revolución, pidiendo un millón de dólares para ayudar a los Bolcheviques a expandirse, porque solo estaban en Moscú y Petrogrado y necesitaban propagar su dominio en el resto del territorio Ruso.

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