jueves, 4 de octubre de 2018

Beneficiarios y perjudicados en el aniquilamiento del imperio español

¿Quién se benefició y quién se perjudicó con el aniquilamiento del Imperio Español?


Bandera del Imperio Español


Para responder a esta pregunta vamos a estudiar a cada uno de los actores por separado:



Imperio Español

No es necesario aclarar de que fue el gran perdedor, ya que lo aniquilaron; la mayor parte del mismo se independizó a principio del siglo XIX, y Cuba, Puerto Rico y Filipinas a finales de esa misma centuria. Para analizarlo mejor lo dividiremos entre la parte europea y la americana.





Parte europea

La guerra contra Napoleón provocó una enorme ruina económica, ya que los ejército invasores arrasaron al país destruyendo ciudades y pueblos, además originaron una cifra gigantesca –para la época– de pérdidas de vidas humanas –entre 300.000 y 500.000 españoles–.


Es necesario aclarar que la rapiña y destrucción no solo la prococaron las tropas francesas, sino que las inglesas, en principio aliadas, también arrasaron el territorio español. Como ejemplos de esta deslealtad podemos enunciar el bombardeo ordenado por Wellington de la industria textil de Bejar, que era competidora de la inglesa, o la destrucción de la Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro en Madrid cuando los franceses ya habían evacuado la ciudad.
Después que se logró expulsar a los franceses y lamentablemente se perdieron los territorios de ultramar, comenzó un tiempo de enfrentamientos políticos y guerras que provocaron la ruina material y humana del reino de España. Los primeros enfrentamientos fueron los de los Liberales contra los Absolutistas que tuvo su punto culminante en el levantamiento del capitán Riego.




En 1819 se reunió en Andalucía un ejército de 30.000 efectivos, destinado a sofocar la sublevación de los territorios americanos. El capitán Riego estaba al mando del 2º batallón asturiano y se alzó en las Cabezas de San Juan –Sevilla– proclamando la vigencia de la Constitución de 1812, estaba en contra del poder absolutista del rey Fernando VII. Este levantamiento no fue seguido por el pueblo y después de varias peripecias las tropas se dispersaron. El resultado de esta asonada fue la consolidación de las independencias de América, porque el ejército que iba a partir para intentar recuperarlas no lo hizo.

Cabe destacar que ante una situación de claro peligro para la integridad del Reino de España Riego actuó en función de sus ideas políticas. Independientemente si estas fueran buenas o malas esta desafortunada asonada permitió la culminación de la independencia de los territorios de ultramar, por tanto, se podría considerar como una traición. Es encesario aclarar de que este militar pertenecía a la Masonería. ¿A que intereses respondía el capitán Riego? ¿A España? ¿A la Masonería? Por lo pronto con su asonada permitió que sus compañeros masones del otro lado del océano Atlántico consumaran su traición.



Rafael del Riego
La financiación del levantamiento de Riego se hizo desde Gibraltar por el que luego sería presidente de gobierno: el liberal y masón Juan Álvarez Mendizábal. Este político durante su gobierno dictó las famosas desamortizaciones que liquidaron las tierras de la Iglesia Católica, queda claro con estas dos acciones a quién obedecía: a los dictados de la Masonería, cuyo fin era la destrucción de la Iglesia de Roma y de las monarquías absolutistas. Su segundo apellido era Méndez y lo cambió a Mendizábal para ocultar su probable origen judío. Después del comportamiento que tuvieron los masones en la destrucción del Imperio Español queda bastante claro de que la Masonería respondía a los dictados de las plutocracias bancarias que tenían la intención de instaurar el sistema de dinero deuda en los nuevos países que se desmebraron del Imperio Español.

Finalmente los liberales comenzaron a gobernar en España y los combatieron fuerzas de tendencia conservadora, los llamados Carlistas, en dos dramáticas guerras civiles durante el siglo XIX. Estos enfrentamientos políticos provocaron muchas víctimas y más ruina económica que dejó al Reino en una situicón desesperada. Ante semejante desastre material y humano –recordemos que se había perdido la mayor parte de América y en la península había una gran inestabilidad política– el valorado Real de a Ocho perdió su vigencia como divisa internacional –también tuvo mucho que ver la interrupción del comercio español desde Filipinas hasta España pasando por la América Hispana– lo que consolidó  el descenso del estatus del Reino a un nivel equivalente a potencia de tercer orden o incluso menor.

Después de todo los expuesto queda claro que el pueblo español que vivía en la metrópoli resultó muy perjudiacado por la independencia de las provincias de ultramar. Durante los siguientes años se vio inmerso en unos conflictos que solo le trajeron derramamiento de sangre y más ruína económica –en mi opinión estos enfrentamientos fueron promovidas por la Masonería y solo respondían a sus intereses, que son los mismos de quienes los financian y mandan–.

 

Parte americana

Los terribles enfrentamientos entre las tropas independentistas y las leales al Rey –Realistas– originaron en las antiguas provincias de ultramar una ruina económica absoluta y también humana. Ya hemos visto que los ejércitos independentistas tenían un gran apoyo en material y hombres de potencias extranjeras. Si analizamos las tropas de Bolivar encontramos de que contaban con 7.500 oficiales y soldados ingleses, más el apoyo de la flota inglesa que incluso llegó hasta el puerto del Callao –la comandaba el Lord Thomas Cochrane–. Por supuesto que este apoyo no resultó gratis y de tener enormes reservas en metales preciosos –muy significativas las de Lima y Buenos Aires– pasaron a perderlas e increíblemente quedaron incluso endeudados.



Ya antes los británicos habían dejado claro de que ambicionaban los tesoros que había en la America Hispana. Así en las invasiones inglesas de 1806 y 1807 el comandante William Carr Beresford había atacado y conquistado por breve tiempo la ciudad, en ese momento pudo llevarse a Inglaterra el tesoro de la ciudad –unas 40 toneladas de monedas de oro que fueron paseadas triunfalemente por Londres–. Sin embargo, luego de las guerra por la independencia, en 1824, las Provincias Unidas del río de la plata se endeudaron con la Casa Baring Brothers de Londres –realizar esta operación fue un requisito explícito para el reconocimento de su independencia por parte del Reino Unido de la Gran Bretaña–, este préstamo se terminó de pagar en la década del cuarenta del siglo XX –por supuesto que Inglaterra no consideró conveniente compensarlo con el tesoro anteriormente robado–.

Una vez que se lograron las independencias de los territorios del Imperio Español, este único reino se dividió en muchos países
–veintidos, contanto a la propia España, por tanto los nuevos países fueron mucho más vulnerables y débiles. El líder independentista Simón Bolívar se lamentó ya muy tarde por ello, cuando el mal estaba hecho y él había sido el gran responsable, probablemente había sido engañado por su propia logia. Esta artificial división en distintos países originó varias guerras entre ellos que propiciaron más pobreza y desastres humanitarios. Es interesante reseñar que la frontera norte de lo que había sido el Imperio –México– fue atacada por los EEUU y como consecuencia de esta guerra no buscada vastos territorios quedaron en poder de su vecino anglosajón. ¿Hubiera sucedido lo mismo de no existir una gran influencia de las logias masónicas en Hispanoamérica? ¿Si hubieramos continuado unidos qué hubiera sucedido?
     
General José de San Martín
 Ya hemos visto que una parte del ejército independentista comenzó en el virreinato del Río de la Plata al mando del general miembro de la logia Lautaro don José de San Martín. En el norte –virreinato de Nueva Granada– el comandante de las tropas independentistas fue Simón bolívar –un militar mucho más mediocre que San Martín y por supuesto menos exitoso en el campo de batalla– que disponía de tres regimientos británicos veteranos de las guerras napoleónicas y de la guerra angloestadounidense, divididos en la 1ª Legión Británica, la 2ª Legión Británica y la Legión Irlandesa. Uno de sus comandantes, el coronel James Rooke, murió en esa guerra luego de perder un brazo.

Según el autor Patricio Lons, ya a finales del siglo XVIII existían Informes para los Oidos del Rey que denunciaban que en la ciudad de Buenos Aires había numerosos espías ingleses que trabajaban junto a los contrabandistas de la zona –como en el caso de la independencia de los EEUU las élites contrabandistas serán las que impulsen las ideas independentistas–. Además, el mismo Patricio Lons explica que los líderes independentistas comenzaron el enfrentamiento contra España disfrazando el conflicto –diciendo que luchaban contra las ideas liberales que Napoleón había impuesto en la península–. Luego de que las tropas francesas se retiraran de España, no le quedó más remedio que quitarse la careta.

También es conveniente reseñar que las élites de comerciantes de la ciudad de Buenos Aires querían la apertura del comercio con Gran Bretaña e incluso se lo propusieron al Rey, diciéndole que se podrían comprar productos de igual calidad a un precio mucho más barato. El Rey les contestó que si se abría la importación de esos productos, los habitantes del virreinato –sobre todo los del interior que se dedicaban a la artesanía– disminuirían tanto sus ingresos que no les alcanzaría ni siquiera para comprar esos productos más baratos –una política completamente diferente a la seguida actualmente, que se prefiere que la gente no consiga trabajo y se compran productos en otros países porque resultan más baratos–.

 
Unitarios y Federales
Por si todas estas guerras no huiberan alcanzado, luego de obtener la independencia también hubo muchos enfrentamientos civiles en todos los países que habían sido parte del Imperio, que propiciaron más ruina económica y humana. En el caso de la República Argentina fueron las luchas entre los llamados Unitarios –propiciaban un gobierno dirigido desde la ciudad de Buenos Aires– y los federales –proclives a una descentralización del poder– que durarían hasta la batalla de Caseros –1852–.

 

Inglaterra

Este reino colaboró en las guerras independentistas en América, lo que le originó un gran gasto, que luego recuperó de los nuevos países independientes. Sin embargo, las perdidas humanas también fueron significativas y estas, lógicamente, irrecuperables.



General Cochrane

También sufrió pérdidas humanas en las guerras de España y Europa. Aun así, se consolidó como potencia dominante en el siglo XIX. También obtuvo el dominio político sobre los territorios americanos, logrando tener la libertad de comercio y de navegación por los ríos argentinos y de otros países. Como queda resumido, las clases dominantes británicas y los banqueros propietarios del dinero deuda lograron un avance económico impresionante, pero… ¿qué hubo del pueblo llano?, que además fue el que puso la sangre para lograr todas estas victorias de los ejércitos revolucionarios americanos. ¿Les valió la pena entregar su sangre para el mayor éxito de las élites inglesas?

 

Francia

Como resultado de las guerras napoleónicas, Francia tuvo una gran cantidad de pérdidas humanas y una enorme ruina económica que la dejó fuertemente endeudada. De esta ruina demográfica y financiera no se recuperó hasta casi la década del cincuenta del siglo XIX. Aún después continuó teniendo conflictos y guerras, por tanto, no se puede decir que le siglo XIX fuera una buena época para el país.



 
Casas financieras europeas    

Estos banqueros se hicieron enormente ricos financiando a todos los enfrentamientos. La riqueza lograda resultó tan cuantiosa que lograron adueñarse de los principales recursos del mundo –su verdadero objetivo–, sobre todo acompañando a la expansión británica –tuvieron la ventaja de tener la fuerza que sus ejércitos les otorgaban, ya que les respondían y combatían para acrecentar sus intereses–. Desde metales y piedras preciosas en África, hasta ferrocarriles en América, África y la India. Muchos países de América, África y Asia contrajeron enormes deudas con ellos y los dejaron muy bien posicionados para instalar el perverso sistema de dinero deuda y bancos centrales privados, a semejanza de los que ya tenían instalados en Holanda, Inglaterra y Francia.

Los conflictos les permitieron obtener cuantiosas ganancias financieras y por este motivo los propiciaron. Insaciables, promovieron guerras cuando algún gpbernante de algún país pequeño realizó políticas contrarias a sus intereses. Se puede reseñar a modo de ejemplo la guerra que enfrentó a Paraguay contra la Argentina, Brasil y Uruguay –1865 a 1870–, ya que el primer país se estaba convirtiendo en una nación ajena a los intereses comerciales británicos –que los dirigía la gran banca de este reino–, pues había instalado un sistema de proteccionismo económico que no permitía desarrollar el comercio internacional, ergo era una zona que no les deparaba ganancias fiancieras a través de la utilización de la Libra.

Esto no era un problema para Paraguay que por el contrario disfrutaba de un avance tecnológico y económico envidiable para la zona en la segunda mitad del siglo XIX. Entonces el poder financiero, a través de la potencia que actuaba como su fuerza de disuasión política y militar –Inglaterra– impulsó esa guerra tan desigual –según Daniel Estulín, Brasil, Argentina y Uruguay recibieron una fuerte financiación para este conflicto de las casas bancarias Baring Brothers y Rothschild–, que finalizó con un genocidio difícil de equiparar: casi la totalidad de los varones del Paraguay que no eran niños fueron exterminados y ese país entró en una espiral de ruina demóráfica y económica irrecuperable.
  
Es fácil concluir que los grandes beneficiados de la aniquilación del Imperio Español fueron estos banqueros, ya que se hicieron enormente ricos con las guerras que hubo en estos años, y además desbancaron al Real de a Ocho como moneda de comercio internacional, con lo que se quedaron en una posición financiera muy ventajosa. Se puede afirmar que consolidaron su poder mundial desbancando a su gran competidor: el Imperio Español. Fue en estos años cuando se afianzó definitivamente la supremacía del poder financiero respecto del económico. Además, al cesar el comercio tan ventajoso del Imperio Español con Asia, la potencia que tomó el relevo fue Gran Bretaña y ya se sabe que las élites políticas de este país estaban asociadas a las financieras –realmente tenían todo el poder en sus manos al poseer el Banco de Inglaterra, que era el que tenía el monopolio de emisión de la Libra–.

La participación de estos bancos en la financiación de los dos bandos en todas las guerras del siglo XIX están debidamente documentadas –dejó de financiar a los pocos casos de países que les interesaba especialmente destruir por ser gobiernos que trabajaban en contra de sus propios intereses–. Incluso es muy famosa la frase que la viuda de Mayer Rothschild, Guttle Schnapper, escribió en 1847 en una carta: “No se preocupe usted, no habrá guerra en Europa, mis hijos no proveerán el dinero necesario para la misma” –según escribió el autor Pérez Omister en su libro “Los señores de la guerra”–.

 

Opinión del AutorEl poder finaciero internacional les ha impuesto el sistema de dinero deuda a los habitantes de los territorios emancipados del Imperio Español y a los de su metropolí, mediante la imposición de bancos centrales privados que tienen el monopolio de emitir dinero. El sistema de explotación es aún más imaginativo; estos países se han endeudado ante bancos y organismos crediticios internacionales –por ejemplo el FMI– en dólares. 

¿Son reales o ficticias estas deudas? La Reserva Federal emite dólares, esta moneda se llama fiduciaria, ya que tiene valor porque la gente confía en ella, pero es solo papel pintado. Los organismo crediticios se hacen con este dinero y lo prestan a los países. Estas enormes deudas generan unos costes financieros que los países pagan periódicamente, quiere decir que los habitantes de estos países lo pagan con parte de sus trabajo y también las naciones con parte de las riquezas y recursos que poseen. Se observa que los fianciadores pintan un papel y finalmente logran quedarse con bienes tangibles que acrecientan su poder. ¿Se puede luchar contra esta injusticia?

Si estos países no logran unirse jamás podrán evitar esta pesada carga, como los poderes financieros son conocedores que este magnífico negocio solo puede prorrogarse con la desunión de esas naciones trabajan para fomentarla. Incluso continúan promoviendo divisiones e independencias de territorios en España y también en la Argentina y Chile. Para luchar con eficacia contra ellos debemos ir en la dirección contraria que ellos proponen y esta es la unión. La alianza que planteo sería una confederación de naciones hermanas para comerciar entre sí y salir del sistema de dinero deuda emitido por bancos centrales privados.

La independencia de las naciones hispanas de América estableció unos estados que nunca habían existido antes de la constitución del Imperio Español. Debemos dejar de lado nuestras diferencias y buscar los elementos que nos unen, somos más de quinientos millones de personas con una cultura común. Durante la época del Imperio los indios, mestizos y europeos hemos vivido en paz y armonía durante trescientos años. ¿Por qué no volver a intentarlo? Es más: luego de la independencia de las nuevas naciones hispanoamericanas no hubo ningún cambio significativo en los territorios que justifique la división. Ninguna etnia nativa mejoró significativamente su estatus social.

Otro punto de desunión que proponen los poderes financieros es el llamado indigenismo, que expone que los indios eran unas personas poco inteligentes y se dejaron avasallar por los europeos. Esta falsedad tiene solo un objetivo: dividir más. De acuerdo a lo que logré investigar y tratando de razonar lo que pudo haber sucedido, me parece que los nativos no eran tontos –hoy en día sus descendientes no lo son, ¿por qué lo iban a ser sus antepasados?– y aceptaron la tecnología de los europeos porque era más desarrollada y les convenía.

Resulta obvio que les deparó una gran mejoría en su nivel de vida, su alimentación fue más rica y variada, lo que les hizo aumentar el promedio de edad de sus vidas. Hubo un gran avance en las viviendas y en la educación –la cultura europea estaba mucho más desarrollada, ya que se encontraba en el centro del mundo conocido y con el comercio se nutría de todos los avances de los diferentes reinos–. Además, los indios vivían en guerras permanentes, y con la imposición del Imperio Español, se terminaron estos enfrentamientos y vivieron en paz. Todo lo que digo queda perfectamente demostrado por el comportamiento de éstos durante la rebelión independentista: la mayoría fueron fieles al Rey de España. Una fidelidad propia de personas muy leales que demostraron su lealtad incluso en la derrota, a sabiendas de que estarían en el bando perdedor.

Finalmente, es triste concluir que uno de los principales adversarios para lograr esta unión es la España europea, que en vez de mirar hacia sus hermanos iberoamericanos torció su cabeza hacia la Unión Europea –esta política es más propia de los diregentes que del propio pueblo–, que es una poderosa herramienta del poder financiero. ¿Acaso después de renunciar a su moneda propia y adoptar el Euro queda alguna duda?

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